Lo que ocurrió el domingo, seguramente, no se capte con mucha lucidez y perspicacia en estos días. Deja un saldo explicativo, en goteos pausados. Aun así, se podrían perfilar ciertas aproximaciones
Como se anunció el lunes por la madrugada, para el cargo ejecutivo Presidencial, El Frente para la Victoria obtuvo un 36.86%, la Alianza Cambiemos un 34.33% y el Frente Renovador un 21.34%. Mientras que para la gobernación de la Provincia de Buenos Aires Cambiemos se impuso con un 39.49% sobre un 35.18% del Frente para la Victoria, en donde María Eugenia Vidal fue la estrella de la noche.
Los números arrojaron sorpresa y conmoción en todos los rincones del país. A decir verdad, nadie se lo esperaba.
Si bien tratar de develar la intencionalidad del votante a tan solo 56 hs después se convierten en ensayos sumamente efímeros, salir de la falacia de los extremos resulta imperante al momento de analizar lo sucedido. El famoso refrán “los extremos se chocan†en cierto punto se hace verídico -ni la centro derecha voto exclusivamente a Cambiemos, ni la centro izquierda al Frente para la Victoria.
En busca de salir de la lógica imperante de construcción política al estilo Scmittiamo “amigo-enemigo†(o en término coyunturales: patria-buitres, ellos-nosotros, estado-mercado, derecha-izquierda, pobres-ricos. ajuste-redistribución, entre otros) se hace oportuno retomar algunos aportes de los llamados post-fundacionalistas, “en donde la democracia se juega dentro del campo de la indeterminaciónâ€
“Ama la incertidumbre y serás democrático»Â
Las palabras de Adam Prezeworsky, allá por el aí±o 1985, se hacen eco. Es que un poco lo que sucedió ayer no estaba en los planes tanto de los oficialistas como de la amplia gama de la oposición. Pero lo real es que sucedió.
Como revelaba Lefort en  “La incertidumbre democrática†(Ensayos sobre lo político) el lugar del poder está vacío, a nadie le pertenece por completo. Como tal, asumir el conflicto es parte esencial de lo político, en donde la democracia -esa arena de juego,intereses y pugnas- se inscribe dentro de un campo indeterminado. El poder se ejerce, pero no le pertenece a nadie. Nadie lo tiene, como tampoco nadie tiene la verdad, la historia, el porvenir, ni el voto ganado. La democracia también es incertidumbre, porque al estar atravesada por el conflicto no se la puede retener y controlar, al contrario asumir que es un espacio de indeterminación posibilita la invención y la construcción continua en ella.
Es así que al pedirnos nuestra intervención reclama necesariamente la tolerancia ante la posibilidad de error. Ni quedarnos dormidos en el eterno sueí±o, ni quedarnos despiertos frenéticamente. Quedarnos ocupados en la construcción, con la posibilidad de error y de equivocación,  le imprime cierta calidad necesaria al proceso de construcción de “nuestra joven democracia†.
Cambio, la palabra maestra.
Mucho se han escuchado estas 6 mágicas letras combinadas. Spots de campaí±a, frases, slogan, discursos y asimismo el nombre partidario que lleva la propia Alianza. Cambio dice todo y dice nada a la vez.
Daniel Scioli en su discurso de ayer al mediodía, lo trajo en tono de pregunta ¿A que cambio se refieren?, aludiendo a las metáfora de que significa volver al pasado, al ajuste y a la centro derecha. Mauricio Macri en su conferencia de ayer a la maí±ana nuevamente mencionó ser la vanguardia del cambio a favor de los trabajadores, de la esperanza, y de la Argentina que se avecina.
A decir verdad, cambio no es más que una multiplicidad de demandas cruzadas y en confluencia que encierran diversas opiniones, intereses y necesidades. Es decir, retomando a nuestro querido intelectual Badiou ´un acontecimiento es una ruptura del orden ordinario de las cosas, es un punto de inflexión’.
Lo que sucedió el domingo podría asimilarse como acontecimiento en el que se manifestó una nueva existencia, algo en la arena de lo indecible. Como tal, se expresó en las subjetividades, en la sociedad y abrió un panorama de “multiplicidad de los posiblesâ€; es decir irrumpió una nueva distribución de deseos, necesidades y creencias.
“Cambio†expresó (y expresa) esa amalgama de intereses y voces discontinuas, lo que implica no tomarlas -en principio-  como exclusivas de la centro-derecha.  Se hacen vacíos los análisis extremistas que encasillan los discursos.  El 25 de Octubre una confluencia de intereses irrumpieron como novedad conteniendo diferentes percepciones y subjetividades; en donde las urnas expresaron esa contingencia de demandas no resueltas.
Por lo tanto lo político involucra necesariamente el conflicto que rompe con la secuencia, el orden y la predicción. Porque en el fondo lo intrínsecamente político encierra novedad.
Hablar de democracia no solamente es velar por su procedimiento en el cual se eligen a los representantes. Hablar de democracia implica inscribirla en la incertidumbre que como tal reclama la capacidad de experimentación e intervención ante la tolerancia a la posibilidad de error.