Alejandro Bodart es legislador porteí±o y precandidato a presidente por el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores). En entrevista con Argentina Elections habló de la situación de la izquierda, marcó su posición contraria a la posible unificación de los comicios nacionales y porteí±os y comentó sobre la gira nacional que viene realizando con su compaí±era de fórmula Vilma Ripoll.
¿Cómo ve al arco político de la izquierda de cara a los comicios del aí±o próximo?
Desde la izquierda, estamos ante una gran oportunidad. En medio de la crisis capitalista mundial, el gobierno de Cristina aplica medidas para pagar la deuda externa y salvar a las grandes empresas y no a la gente que vive de su trabajo. Con Milani y Berni se desnuda su doble discurso y viene tomando un rumbo hacia la derecha, tanto es así que su principal candidato presidencial es Scioli. A once aí±os de gobierno K el país está entregado a los usureros internacionales y las corporaciones como Chevron y Monsanto, y con mayor desigualdad social. Se desaprovechó un momento histórico, donde entraron muchos fondos por las agroexportaciones, pero no se utilizaron para hacer los cambios estructurales necesarios. A su vez, en la oposición sobran candidatos de derecha: Macri, Massa, Sanz, Cobos, Carrió y Binner son todos parte de la vieja política. La centroizquierda se licuó al irse detrás de la UCR y ahora coquetea con el PRO. Entonces, de cara al 2015 hay un gran espacio para la izquierda.
Por eso vengo insistiendo en la propuesta de hacer un gran frente de toda la izquierda política y social, ir juntos a las PASO y ahí que sea la gente la que defina los candidatos. Sin ocultar las diferencias, se podría poner por delante los puntos en común y acordar un programa por cambios de fondo. Lamentablemente, tanto Altamira del FIT como De Gennaro de Unidad Popular rechazan mi propuesta de unidad. La izquierda en nuestro país es muy amplia. Hay distintas expresiones y tradiciones. Por eso mi propuesta de unidad en las PASO apunta a lograr un movimiento político unitario que vaya más allá de lo electoral. En la izquierda hace falta una renovación política y también metodológica.
Por eso estamos instalando nuestra fórmula, para mostrar que hay otra izquierda que quiere superar las divisiones sectarias, que es moderna, democrática y abierta a trabajar con otros. Vamos a presentar candidatos propios en 20 provincias y queremos llegar a todas. Somos una izquierda que plantea la necesidad de superar el plano testimonial y avanzar a una alternativa política que se postule para gobernar.
Al respecto, la fórmula presidencial del MST Bodart-Ripoll ha estado de gira por distintas provincias. ¿Qué balance hace?
Somos muy optimistas. En cada uno de los viajes y actos veo la fuerza y las ganas de cambio de muchos trabajadores, estudiantes y sectores medios que se alejan del gobierno, buscan un verdadero cambio y se acercan a escuchar con atención nuestras propuestas de izquierda. La recepción es alta y así lo vimos en los actos en Tucumán, La Plata, Mendoza, Paraná, Córdoba, Rosario y Salta. También estoy recorriendo los barrios porteí±os, donde estamos abriendo locales nuevos y se acercan muchos vecinos descontentos con Cristina y con Macri.
Los grandes medios no nos dan mucho espacio y por eso la nuestra es una campaí±a por abajo, de volanteos, pintadas y recorridas, con mucho esfuerzo militante. El crecimiento que estamos teniendo a nivel nacional es una expresión clara de esa búsqueda de cambio.
¿Cuál es su opinión en relación a la posible unificación de los comicios nacionales con los provinciales?
Mauricio Macri está especulando con las posibles fechas de la elección para cambiar las reglas de juego según su propio beneficio electoral. No sé cómo resolverá el PRO sus internas, pero la elección porteí±a debería ser separada de la nacional. Es la única forma en que todos los vecinos puedan debatir las problemáticas específicas de la Ciudad: el ABL, el subte y el transporte, la falta de vivienda, la salud y la educación, los espacios verdes. Además, si unifica las elecciones, Macri estaría anulando la boleta única que ya fue aprobada por ley el aí±o pasado. Para poder concretar esa maniobra, el PRO necesita 40 votos pero en la Legislatura sólo tiene 28 diputados. Sería muy grave que algún bloque opositor pactara aportarle los votos que le faltan.
¿Usted estaría de acuerdo con la implementación de la boleta electrónica?
Creo que el voto electrónico o la boleta única a nivel nacional serían pasos importantes en darle más transparencia a las elecciones. Estas medidas deberían acompaí±arse de una fuerte campaí±a de difusión para evitar confusiones de los votantes. Al mismo tiempo, considero que hace falta una reforma política integral sin pisos proscriptivos en las primarias y eliminar todos los privilegios de los funcionarios políticos: que ganen el mismo sueldo que una maestra y que estén obligados a enviar a sus hijos a la escuela pública y atenderse en el hospital público.
Para finalizar, ¿cuáles son las principales cuestiones que trata la agenda de campaí±a del MST?
Un aspecto clave son nuestras propuestas frente a la crisis social y económica. Prohibir por ley los despidos y nacionalizar toda empresa que cierre o despida. Suspender los pagos de la deuda externa, hacer una auditoría para saber qué parte es legítima y cuántas veces pagamos la supuestamente legítima. Los fondos ahorrados hay que destinarlos a aumentar los salarios, jubilaciones con el 82% móvil, la salud, la educación y planes de vivienda. Hay que anular el impuesto al salario y el IVA a la canasta familiar, y cobrarle fuertes impuestos a las grandes empresas, la renta financiera y el juego.
Dejar de pagar el fraude de la deuda externa es parte de la segunda independencia que necesita la Argentina. También recuperar el petróleo y todos los recursos estratégicos. Chevron no sólo saquea, sino que además contamina. Por eso propongo prohibir el fracking, nacionalizar todo el circuito hidrocarburífero y desarrollar energías alternativas no contaminantes. En este mismo sentido de protección del ambiente y de la vida, creo necesario prohibir la megaminería, el uso de agrotóxicos y la cementación urbana indiscriminada.
La seguridad es otro tema clave: realidad y no «sensación». Primero, reafirmo que las leyes de mano dura fracasaron. Para terminar con el amparo estatal al delito, los comisarios, jueces y fiscales deben ser elegidos por voto popular para que le rindan cuentas al pueblo y no al poder político. A la vez, propongo un plan de shock de inclusión para el millón de jóvenes «ni-ni», para evitar que terminen reclutados por las redes delictivas. Como parte de una reforma de fondo, una propuesta que nos diferencia es la del derecho a la agremiación de los agentes policiales.
Otro punto destacado de mi propuesta es la defensa de los derechos de la mujer y la diversidad. Para combatir la violencia de género hace falta presupuesto de emergencia para abrir refugios para las mujeres víctimas y sus hijos, y para subsidios de reinserción habitacional y laboral. También defiendo el derecho al aborto y la separación de la Iglesia del Estado, que debe ser laico.
Y así como me opongo a los privilegios políticos, considero imprescindible cambiar de raíz el modelo de la vieja burocracia sindical. Por ejemplo: después de dos mandatos todo dirigente debe volver a trabajar, los paritarios deben ser electos por las bases y en las conducciones tiene que haber proporcionalidad para todas las listas.
De alguna manera este programa anticapitalista y eco-socialista lo expresa nuestra bandera tricolor: rojo por las reivindicaciones sociales, verde por la defensa ambiental y violeta por los derechos de la mujer.