En medio de controversiales negociaciones para realizar una alianza entre Elisa Carrió y Ricardo Lopez Murphy, la candidata del ARI da como tiempo final el 8 de septiembre (último día para presentar candidatos). Aquí presentamos opiniones de reconocidos periodistas.
Tensión entre Carrió y López Murphy
María Elena Polack y Jaime Rosemberg
La Nación
24 de agosto 2007
Se complicaron las gestiones por la negativa del líder de Recrear a abandonar su alianza con Macri
Elisa Carrió y Ricardo López Murphy caminan sobre la cornisa. El acuerdo electoral entre ambos, al que les gusta denominar «alianza de conductas», estuvo a punto de frustrarse en la mañana de ayer, con un nombre y un apellido como principal escollo: Mauricio Macri.
Es que la descalificación que Carrió hizo del líder de Pro anteayer, cuando dijo que tenía «reservas morales» que no le permitían incorporarlo a la coalición, enfureció al titular de Recrear y todavía candidato a presidente.
La sangre, por lo menos ayer, no llegó al río, y a pesar de los disensos y de no pocas críticas internas ambos líderes todavía confían en llegar a un acuerdo que termine con López Murphy apoyando la candidatura presidencial de Carrió, y al ex ministro de Economía aliancista como candidato a senador nacional porteño en octubre próximo.
Colaboradores de López Murphy no salían de su asombro al ver la reacción de su jefe luego de las duras críticas de Carrió a Macri. «Si Mauricio es un inmoral, yo también lo soy», bramó el líder de Recrear desde Córdoba, según dirigentes que fueron testigos de su enojo.
Cerca del ex ministro se insistió en que un diálogo pasado el mediodía trajo algo de esperanza en reflotar un acuerdo. «Carrió se arrepintió de lo que dijo; por lo menos prometió no volverse a referir a Macri», indicó un dirigente de Recrear. La llamada logró su objetivo: se extendió un nuevo plazo hasta el fin de semana para conseguir un principio de acuerdo.
Hay aquí una tensión evidente: mientras desde Recrear se insistió en que López Murphy no abandonaría a Macri para acercarse a Carrió, la fundadora de ARI especulaba que las «humillaciones» a las que fue sometido su ex correligionario por parte de Macri, que durante meses esquivó un apoyo concreto a la postulación presidencial de López Murphy, sería suficiente para sumarlo a la coalición sin condicionamientos. «O vamos todos a la Coalición, o no vamos», respondió un referente de López Murphy.
Carrió puso paños fríos al eventual final de la confluencia con un dirigente al que siempre apreció y respetó, pese a sus diferencias ideológicas.
Plazos
«Hasta el 8 de septiembre voy a hacer todo lo que pueda para darle a la Nación una coalición lo más amplia posible, que incluye a López Murphy», dijo Carrió a LA NACION desde su departamento de Barrio Norte, convertido en sede de un verdadero desfile de dirigentes de distintos colores políticos en las últimas semanas.
De su voz se traslucía esperanza, pero también cierta bronca y desánimo por filtraciones de sus diálogos con su ex correligionario. «Si [la confluencia] no es posible, no va a ser por mi voluntad. Tengo la vocación puesta en lograr un acuerdo, más allá de la falta de reserva de algunos», dijo, con la mirada puesta en dirigentes de segunda línea de Recrear que hicieron trascender las conversaciones por las que López Murphy declinaba su candidatura presidencial y, a cambio, lanzaba su postulación a senador nacional porteño en octubre.
«Me voy a mantener en esta postura, más allá de los rechazos, de las presiones. Mi único compromiso es con el pueblo de la Nación, y es decisivo que enfrentemos esto juntos», afirmó Carrió, en referencia a otros compañeros de ruta de ARI, que de inmediato salieron a rechazar el acuerdo.
Cerca de Carrió insistían en la flexibilidad de su jefa política para incorporar a López Murphy. Insistieron en que la candidatura para la banca de senador por la Capital estaba acordada, pero que cuando desde Pro se habló de armar tres listas a diputados porteños (Coalición Cívica, Recrear y Compromiso para el Cambio) para acompañar la boleta de Carrió presidenta, la candidata también dijo basta.
Ninguno de los dos da por cerrado el acuerdo. «Tenemos que ganar el país para salvar a la Nación. Por que es decisivo que pongamos todo de nosotros para estar juntos», declaró Carrió, para quien las críticas de sus ex compañeros de ARI son sólo «tensiones menores en el contexto de un tránsito histórico».
«Las coincidencias todavía no se han alcanzado y no sé si se van a alcanzar. Pero tenemos las manos tendidas y la voluntad de buscar el mayor frente opositor posible», manifestó López Murphy en Córdoba durante un acto de apoyo a la candidatura del radical Mario Negri.
í‚¿Y Macri? Aunque dolido, dejó trascender a sus socios de Pro que espera que las tratativas continúen. Dijo ayer que votará a López Murphy para presidente y en silencio desalentó cualquier negociación posible con el ex ministro Roberto Lavagna.
Hoy, los negociadores de ambos dirigentes operan a destajo. El final está abierto.
En Córdoba
# El líder de Recrear, Ricardo López Murphy, siguió su gira nacional como candidato a presidente, mientras mantiene expectativas por un acuerdo con Elisa Carrió. Estuvo en Córdoba, donde se reunió con los postulantes de la UCR para la gobernación, Mario Negri, y para la intendencia capitalina, Ramón Mestre (h.).
Carrió apura a López Murphy para cerrar el acuerdo opositor
Marta Platía
Clarín
24 de agosto 2007
Yo garantizo la posibilidad de este acuerdo hasta el 8 de setiembre porque la Argentina requiere de esta decisión de apertura y generosidad de la dirigencia política», afirmó ayer Elisa Carrió al referirse a los contactos que mantiene con Ri cardo López Murphy para sellar un acuerdo electoral para octubre. El 8 de setiembre vence el plazo para la inscripción de las candidaturas.
Con estas palabras, la candidata presidencial de la Coalición Cívica salió a meterle presión a López Murphy mostrándose decididamente a favor del acuerdo. Un día antes, las negociaciones se habían complicado a raíz de la negativa de Carrió a incluir a Mauricio Macri en el acuerdo de la oposición por una cuestión de «imposibilidad moral».
Ayer, López Murphy defendió su acuerdo electoral con Macri. «Pensamos que el eventual frente con Carrió tiene que ampliar las bases de sustentación de la oferta opositora; ampliar no significa sustituir», afirmó.
Del lado de Carrió, reiteraron la negativa a incorporar a Macri al acuerdo pero la candidata presidencial tomó nota de las dificultades que surgieron en las últimas horas. «Hasta el cierre de inscripción de las listas están abiertas las puertas a la posibilidad de un acuerdo aún cuando pueda haber algunos desacuerdos en los niveles intermedios.
Estoy dispuesta a trabajar hasta el último día para llegar a esta posibilidad», dijo.
Desde Córdoba, donde fue a brindar su respaldo al candidato a gobernador Mario Negri, López Murphy afirmó que «tenemos que unirnos para que no prevalezca el monopolio del poder en manos de la pareja presidencial que nos gobierna. Existe un nivel de vasallaje que, por lo menos a mí, me molesta mucho». Y sobre los contactos con Carrió señaló: «Todavía no está cerrado el acuerdo. Estamos en conversaciones. Es un diálogo laborioso».
-í‚¿Qué pasa si ella insiste en dejar afuera a Macri?, le preguntó Clarín.
-Mire, busco la templanza y la mesura para responder… Creo que las coaliciones tienen que ser para ampliar el respaldo y la mutua comprensión.
Cuando se le recordaron las últimas palabras de Carrió sobre Macri, López Murphy fue tajante: «Nosotros vamos a seguir trabajando las condiciones. Cada uno es dueño de las palabras que calla y esclavo de las que dice».
Ante la pregunta de si aceptaría o no ser el compañero de Carrió en una fórmula presidencial, respondió: «Eso no es el tema de hoy. El ego no puede prevalecer sobre el interés nacional».
El martes, al confirmar los contactos con López Murphy anticipados por Clarín, Carrió había descartado que el titular de Recrear pudiera ser su compañero de fórmula. Según Carrió, su candidato a vice surgirá de una terna integrada por el diputado del ARI Adrián Pérez, el ex diputado peronista Gerardo Conte Grand y el senador socialista Rubén Giustiniani. Este último consideró «muy difícil» que el Socialismo pueda compartir un mismo espacio con López Murphy.
La resistencia del socialismo se sumó a la que ya habían manifestado varios dirigentes del ARI, el partido que fundó Carrió y al que se desafilió en marzo para armar la Coalición Cívica.
Como los contactos entre Carrió y López Murphy se profundizaron luego del tibio apoyo de Macri a la candidatura presidencial del titular de Recrear, algunos los interpretaron como un paso previo a la ruptura entre los socios de PRO. Pero tanto en público como en privado López Murphy se encargó de defender su alianza con Macri.
«El acuerdo incluye a todos o no hay acuerdo», le explicó ayer a este diario uno de los hombres designados por López Murphy para las negociaciones. Pese a que los contactos continuaron durante todo el día de ayer, no hubo grandes novedades. Parece que, como dijo Carrió, habrá que esperar hasta el 8 de setiembre.
Dos candidatos que no pueden escaparle a su historia.
Joaquín Morales Solá
La Nación
24 de agosto 2007
Tambalea la posibilidad del eventual acuerdo entre Elisa Carrió y Ricardo López Murphy. La probable coalición no está descartada aún. De hecho, ambos ratificaron ayer la vocación acuerdista y Carrió se mostró como garante personal de esa negociación hasta el 8 de septiembre, cuando concluirá el plazo para inscribir candidatos. Anoche, incluso, ambos abrieron un espacio de negociación de 48 horas más. Pero los problemas entre ellos existen y se originan, sobre todo, en la historia de alianzas y cercanías que cada uno lleva consigo.
Emergentes de una política donde la reserva no existe, las tratativas chocaron contra un muro cuando se llegó a la confección de la lista de candidatos a diputados nacionales por la Capital. López Murphy tiene asegurado el primer lugar como candidato a senador nacional. Ese acuerdo cuenta con el beneplácito de los dos, pero Carrió aspira a una coincidencia con López Murphy y no con Mauricio Macri. í‚¿La alianza sería con Recrear, el partido del ex ministro, o con Pro, la asociación política que reúne a López Murphy y a Macri? En la respuesta a esa pregunta han tropezado Carrió y López Murphy, aún cuando el acuerdo entre ellos avanzó rápidamente en varios distritos y en algunos está terminado.
Carrió nunca tuvo buena opinión de Macri y lo acaba de enfrentar duramente en las elecciones de la Capital como aliada de Jorge Telerman. Justa o injusta, ésa es su historia personal. El conflicto tiene también un ángulo político. El partido de Carrió, el ARI, y sus aliados, los socialistas sobre todo, han aceptado ya la incorporación de figuras como Alfonso Prat Gay y Patricia Bullrich. Carrió no resolvió todavía con los socialistas la alianza con López Murphy. Debió enfrentar también públicamente a varios dirigentes del ARI para disciplinar a su partido. í‚¿Tiene margen para sumar a Macri sin el riesgo de un estallido en su propio espacio político? Los amigos de Carrió aseguran que ese margen no existe.
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López Murphy venía molesto con Macri, porque éste le retaceó su apoyo a la candidatura presidencial hasta que se lo dio de manera extremadamente acotada. Pero el todavía candidato presidencial quiere reservarse el derecho de romper él con Macri y no verse ante un hecho consumado. El hecho consumado fueron las declaraciones de Carrió sobre sus límites morales para acordar con el jefe electo del gobierno porteño.
Dicen los negociadores que el punto central de la negociación en la capital consiste en que López Murphy reclama dos candidatos a diputados nacionales por cada una de las tres organizaciones políticas: la de él mismo, la de Carrió y la de Macri, Compromiso para el Cambio. Desde ya, Macri no será candidato esta vez y eso le permitía suponer a López Murphy que no habría trabas con Carrió. Carrió tiene un primer problema: con ese esquema quedarían afuera varios de sus amigos, entre ellos Patricia Bullrich. «López Murphy no se puede llevar las listas de senadores y de diputados al mismo tiempo», dijeron quienes oyen a Carrió.
Otro obstáculo para López Murphy fue la difusión sin consulta previa de los tres nombres que Carrió evaluaba como posibles candidatos a vicepresidentes de ella. Son el socialista Rubén Giustiniani, el arista Adrián Pérez y el peronista Gerardo Conte Grand, socio político de Carrió. López Murphy no objetaba los nombres, sino la difusión de ellos sin una conversación previa con el eventual aliado.
Pero esos eran los nombres que Carrió venía tanteando desde hace varios meses. La historia, otra vez. López Murphy no puede deshacerse rápidamente de la de él ni Carrió de la suya. Macri forma parte, con sus más y con sus menos, de la construcción política reciente del ex ministro. Carrió, a su vez, no quiere prescindir de los socialistas, de quienes es aliada en las próximas y estratégicas elecciones de Santa Fe.
El acuerdo para seguir negociando durante dos días más se hizo anoche sobre la base más simple de la política: moderar las expresiones públicas cuando está en curso una negociación. La posibilidad de un acuerdo entre Carrió y López Murphy había provocado una considerable expectación en la política argentina, sostenida además por los resultados de una medición hecha por la encuestadora Poliarquía. La medición los colocaba a los dos ex radicales muy por encima de las encuestas actuales.
La fecha del 8 de septiembre fijada por Carrió esconde un mensaje a López Murphy. Ella piensa, más que nada, en un acuerdo personal con el ex ministro, porque hasta ese día se podrá inscribir candidatos. Otro plazo se vencerá en fecha más cercana: sólo hasta el próximo martes podrán inscribirse las alianzas de partidos. Para López Murphy, el plazo definitivo es el martes.
La política argentina ha perdido, por lo general, la dosis de racionalidad que necesita para ser una actividad provechosa. La racionalidad significa tomar conciencia de quién es quién, asumir que toda negociación es inútil sin la vocación de ceder y acotar las expresiones públicas a lo justo y necesario. Requiere también de un esfuerzo de comprensión para entender al otro, la más notable ausencia en las últimas horas de Carrió y López Murphy.
La oposición y los cinco para el peso
Fernando Laborda
La Nación
24 de agosto 2007
No es ésta la primera vez que Elisa Carrió y Ricardo López Murphy han estado cerca de un acuerdo electoral. A principios de 2003, ante la inminencia de las elecciones presidenciales, alejados ambos de su Unión Cívica Radical natal, se aproximaron a una convergencia táctica. Pero no pasaron de un silencioso pacto de no agresión. Los dos fueron candidatos y quedaron lejos del ballottage, reservado a Néstor Kirchner y Carlos Menem antes de la deserción de este último.
Aquel 27 de abril de 2003, Menem obtuvo algo más del 24 por ciento de los votos y Kirchner, alrededor del 22. López Murphy, que fue tercero, logró el 16,3 por ciento, y Carrió, que fue quinta a muy pocos votos de Adolfo Rodríguez Saá, cosechó el 14 por ciento.
Es curioso. Si la lógica de la matemática pudiera trasladarse a la política, de haberse mantenido la división del justicialismo y de haber unido sus fuerzas en 2003, López Murphy y Carrió hubieran sumado el 30 por ciento de los sufragios y llegado al ballottage.
Cuatro años después, su unión, en el marco de una alianza más amplia, parece una de las pocas esperanzas para que la oposición pueda llegar a la segunda vuelta electoral, con la apuesta adicional de que el oficialismo se debilite de aquí al 28 de octubre.
En 2003, igual que ahora, Carrió y López Murphy tenían muchas cosas en común: el mismo origen partidario, su cuestionamiento hacia viejas prácticas políticas, el hecho de ser insospechables de actitudes corruptas y la debilidad de sus estructuras y aparatos políticos.
También por entonces, como en la actualidad, tenían diferencias en materia económica. La candidata de la Coalición Cívica siempre propició severas medidas de control del movimiento de capitales; el líder de Recrear siempre postuló políticas mucho más liberales. Incluso así, es probable que, programáticamente, hoy exista más cercanía entre los dos candidatos de la oposición. Entre otras cosas, porque el economista de cabecera de Carrió es ahora Alfonso Prat-Gay, siempre identificado con el liberalismo y con un pasado muy vinculado al mundo financiero.
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Todo parecía venir bien entre Carrió y López Murphy. Este último dejaba trascender que estaba dispuesto a resignar su postulación presidencial en pos de un acuerdo. La ex titular de ARI reconocía que haría todo lo que estuviera a su alcance para que su coalición fuera «lo más amplia posible» y sentenciaba: «Debo expresar una concordia. No me molesta el pensamiento diferente, me molesta el corrupto».
Cundía el entusiasmo en unos y otros. «Será algo digno de contárselo a nuestros nietos. Algo así como David contra Goliath: el kirchnerismo con todo el poder y nosotros con una honda», dejaba trascender la blonda candidata. Hasta que alguien le mencionó a Mauricio Macri y no pudo con su genio. O con su sinceridad.
Paradójicamente, antes de su juicio sobre el límite moral que implicaba Macri, la ex diputada había hecho un anuncio que algunos quisieron interpretar como un mensaje para seducir al electo jefe de gobierno porteño: que sólo buscaría gobernar el país por cuatro años, por lo cual no obstaculizaría el proyecto Macri 2011. Pero todo fue una ilusión.
Dirigentes lopezmurphistas admiten que no romperán una coalición para armar otra distinta. En otras palabras, no habrá acuerdo con Carrió sin Macri. Las conversaciones no están rotas, pero siguen lejos de llegar a buen puerto. A la oposición le siguen faltando cinco para el peso.