Gabriel Fuks: «El Frente para la Victoria tiene que aprovechar las PASO»

Foto FucksGabriel Fuks es legislador porteí±o del Frente para la Victoria y vicepresidente del bloque Kirchnerista. A su vez, es uno de los precandidatos para la elección a Jefe de Gobierno. En la siguiente entrevista a eleccionesargentinas.com habló de los próximos comicios y de las desafí­os del kirchnerismo en la Ciudad, resaltando el camino del diálogo y la crí­tica como motores de la construcción a futuro.

¿Qué opina sobre la posible unificación de los comicios electorales en la Ciudad de Buenos Aires?

Desde la autonomí­a de la Ciudad, cada vez que se viene un proceso electoral se discute la fecha. Un antecedente fuerte fue la elección legislativa del 2009, cuando Macri habí­a adelantado el proceso electoral, misma decisión que tomara Néstor Kirchner a nivel nacional. Es decir que la elección en la ciudad es muy importante, condicionando una elección nacional. Entonces, Macri deberí­a tener mucha responsabilidad con moverlo.

En este momento hay una gran contradicción. Hay una ley de las PASO que acaba de ser reglamentada, que es muy bienvenida con la cual estamos totalmente de acuerdo y nos parece sana (deberí­a haber existido de antes). A su vez, hay una ley de boleta única, de la ciudad, que significa que todos los rubros que se votan deberán definirse a través de una papeleta única. Y por último, una ley nacional que establece las PASO nacionales. Todas estas herramientas no son contradictorias pero sí­ engorrosas.

Más que si tienen que ir juntas o separadas, deberí­a haber, en primer lugar, una ingenierí­a que le permita al ciudadano tener claridad de lo que está pasando. Luego, está claro que la decisión tiene más que ver con la interna de la sucesión del partido gobernante que con una lógica hacia los ciudadanos. Esto no es que asusta, corresponde a una cierta especulación polí­tica.

En definitiva, deberí­a haber leyes más claras, resolviendo la cantidad de leyes superpuestas. Los porteí±os no pueden votar seis veces en un aí±o (en el caso de un posible ballotage) más aún con un complicado momento socioeconómico, que dejarí­a una irritación en la ciudadaní­a que puede tener un efecto negativo, o al menos no esperado por ninguno. Así­ que, en esta etapa, la unificación de las elecciones podrí­a ser una alternativa clara. Igualmente, si bien remarco la necesidad de esclarecer, creo que es muy difuso lo que va a pasar y terminará definiendo las encuestas de último momento.

Como usted mencionó al respecto del conjunto de leyes y su postergada ejecución, el denominador común es la falta de claridad normativa…

CABA fue siempre un laboratorio. Produce normas muy avanzadas y luego tarda mucho en aplicarlas. Un claro ejemplo es la Ley de Comunas, donde el proceso real de descentralización no ha sucedido y por lo visto no se veerá en el mediano plazo. La ciudad se va acomodando a las necesidades de sus élites tanto polí­ticas como económicas. En general, el debate interno del macrismo no tiene en cuenta a los ciudadanos en esto sino en cómo hacen para preservar los mecanismos de obra pública iniciados, las lógicas que tienen prearmado y proyectarla en el tiempo sin encontrarse con situación que puedan condicionar eso, a futuro, sin Macri.

Tanto el Código Nacional Electoral como en la Ley de las PASO, figuran artí­culos que en la realidad son incumplidos por la mayorí­a de las fuerzas polí­ticas. El caso notario es en relación a la campaí±a polí­tica, donde no se respetan los tiempo estipulados. ¿Es un problema de cultura polí­tica o a qué lo atribuye?

Ya hay una campaí±a encubierta. Curiosamente, se suele comparar el desempeí±o electoral con Europa o EEUU, pero vasta con ir a Brasil para observar procesos electorales ordenados. Allí­ se ve el cumplimiento de la lógica del espacio público, de los tiempos, de los prearmados de la campaí±a. Todo es distinto. Hay una ley electoral muy fuerte que aquí­ no pasa. En nuestro paí­s, la justicia electoral es débil y en general no hace pie frente al poder polí­tico, que es donde se establecen las campaí±as.

En los últimos aí±os asistimos a la inclusión de diversos grupos sociales… ¿cuál es su postura con respecto al voto joven?

Me parece muy bueno desde todo punto de vista. Esta juventud está absolutamente en condiciones de discernir polí­ticamente. Hubo un proceso de democratización muy fuerte en los últimos diez aí±os donde no solo tiene que ver el gobierno nacional y que ha hecho que la acceso a la información y la cercaní­a a los derechos ha sido percibido por los sectores jóvenes, en un momento donde se reactivó la participación joven en la polí­tica.

Con respecto a la interna kirchnerista, de todos los precandidatos hay quienes quieren tomar distancia de Scioli frente a los que manifiestan una continuidad y compromiso con la figura de Cristina.

El primer punto es que Cristina no puede ser candidata, y esto es notorio producto de la debilidad del resto de los candidato. Por ende, la presidenta no ha establecido ningún candidato predilecto y que represente su continuidad por temor a la reacción de grupos de medios y de la derecha que tenderán a atacarlo con o sin argumentos. Se establece entonces precandidatos con diálogo con la sociedad desde distintos ámbitos: Randazzo desde la gestión, Dominguez desde una cierta posición más vinculada a la provincia de Buenos Aires. Rossi y Urribari más desde una posición kirchnerista y Taina con una posición más ligada los movimientos sociales. Pero, lo cierto es que si Cristina dirí­a mi candidato es tal, no durarí­a mucho o se ubicarí­a más en respuesta de las agresiones que en la posición de candidato.

¿Qué aspectos tiene que mejorar el kirchnerismo en la Ciudad de Buenos Aires?

El Frente para la Victoria tiene que aprovechar las PASO. Como autocrí­tica fuerte, no hemos tenido procesos que mostraran a la sociedad porteí±a matices de opciones que pudieran haber mejorado nuestra oferta polí­tica. Además, el kircherismo, si bien ha cambiado en parte – y debe seguir en ese camino –, tuvo un discurso polí­ticamente incorrecto. Esto es, la polí­tica de castigo a Macri, que los porteí±os lo vivieron como un castigo a sí­ mismo y no hacia el Jefe de Gobierno. Por ejemplo, el traspaso de los depósitos judiciales, en donde no se debió mostrar como un castigo sino como una medida necesaria para mejorar una problemática concreta. Lo mismo ocurrió con el anuncio, 24 horas antes, del retiro de la Policí­a Federal. Estás cosas el porteí±o lo ve como un castigo a él.

Por último, otra dificultad fue no haber mostrado las opciones, en un debate más abierto con la sociedad. Sobretodo en el momento en las candidaturas de Filmus, Tomada y Boudou, se podrí­an haber planteado matices absolutamente claros para un debate. Yo voy en esa lí­nea.

Por último, ¿cuáles son sus propuestas para la ciudad?

Si bien la Ciudad ha sido beneficiada por el crecimiento económico de los últimos aí±os, también tiene una gran desigualdad. La ciudad no tiene una raí­z solidaria. Hay un millón y medio de personas que trabajan en la ciudad y viven en el conurbano y que gana un 20% menos. Deberí­a constituirse una raí­z solidaria para la cual hay formas. Además, hay que darle continuidad a un conjunto de obras públicas realizadas fundamentalmente en el segundo mandato. Un ejemplo es el Metrobus, donde hay una apuesta al transporte público donde nosotros, como defensores de lo público, debemos continuar con las mejoras necesarias, más que nada porque mejoró un poco la vida de la gente, especialmente de aquellos que vienen de conurbano.

Es verdad que faltan muchí­simas cosas. La ciudad tiene 340.000 viviendas vací­as. Gente que no tiene dónde vivir, que es ridí­culo. El Gobierno de la Ciudad ha bajado el presupuesto a la vivienda y esto es necesario subir. Hay que atacar el déficit de viviendas vací­as como ocurre en muchos lados y no solo en Venezuela. La regulación de la gestión existe.

Además hay que mejora el diálogo con la provincia, implementar el proyecto de urbanización de las villas, mejorar la gestión de la recolección de los residuos urbanos, que si bien hubo una leve mejorí­a aún queda mucho por hacer. Si bien la vida cultural es alta, hay que volver a pensar la vida de las sociedades de fomento y centros de barrios populares. Finalmente, debe haber una normativa para que los pequeí±os centros culturales, que antes de Cromagnon habí­a por doquier, vuelvan a ocupar un rol importante.

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