Un posible mapa polí­tico del 2014

urna

 

Por el Lic. Nicolás Cereijo

http://www.artpoliticos.blogspot.com.ar/

 

El 2013 dejó varios cimbronazos a nivel polí­tico. Evidenció la falta de apoyo a un kirchernismo que se creyó enquistado en el poder. La fuerte inflación, sumada a cuestiones que tomaron más fuerza en la consideración de la población, tales como la soberbia, el autoritarismo y la corrupción, modificaron por completo el mapa polí­tico, anticipando la conformación de alianzas y liderazgos de cara a las elecciones presidenciales.

 

Este artí­culo pretende analizar las posibles confecciones de las fuerzas polí­ticas mirada desde tres actores: El gobierno nacional, la alternativa no peronista y el peronismo disidente.

 

 

Desde el propio gobierno

 

Con la meta puesta en la sucesión presidencial, comenzó a vislumbrarse una carrera para determinar el candidato oficialista. Como punto de partida es interesante observar el giro ideológico que hizo el Ejecutivo: ante un momento de crisis, se decidió por sacar a sus personajes más comprometidos – ideológicamente hablando – con el proyecto nacional y popular, como eran Juan Manuel Abal Medina y Guillermo Moreno y en su lugar ubicó figuras más proclive a escuchar y consensuar con otras posiciones. No es casual la designación de Capitanich como Jefe de Gabinete quien ya tuvo reuniones con diversos polí­ticos de la oposición quienes anhelaban respuestas oficiales.

 

El ex gobernador de Tucumán fue puesto como capitán de un buque en medio de una tormenta. Su capacidad de maniobra representan una prueba de fuego para subir sus créditos como candidato. Concuerdo con los analistas que creen que está a prueba, y que si Cristina observa que su desempeí±o no es el mejor, será reemplazado. Cabe mencionar que se viene de la experiencia de Martí­n Insaurralde, candidato de escaso conocimiento en la población – salvo en su municipio – cuya jugada le salió muy mal y hasta fue perjudicado de cara a sus futuras intenciones.

 

Si bien Capitanich es un personaje puesto a prueba, quien hace tiempo viene mostrando sus ganas de ser presidente es Scioli. Su principal atributo es el fuerte peso que tiene en el principal distrito electoral (la provincia de Buenos Aires) sumado a que es el polí­tico oficialista con mejor imagen.

 

Otro punto a su favor fue lo bien parado que salió luego de la disputa de principio de aí±o con el gobierno nacional con respecto a la otorgación de fondos para la gobernación. No solo que se ubicó bien en las encuestas sino que con su estrategia de fidelidad al proyecto nacional y popular, la puso en un apriete a la Presidenta al demostrarle que tiene su fuerza para negociar.

 

A mi entender, Scioli cuenta con mayor ventaja y se avecina como el principal candidato oficialista. Es el que mejor puede llevar adelante la tarea de recapturar los votos peronistas y de ciertos sectores indecisos. Si bien cuenta con la oposición interna de ciertos grupos kirchneristas, logró entender bien el camino y su posición electoral. Si bien cuenta con un pasado menemista (como muchos miembros del gobierno) no considero que busque aliarse con Massa sino que en la elección presidencial lo hará por dentro del kircherismo,

 

 

 

La alternativa no peronista

 

Siguiendo la tendencia mostrada tanto por las PASO como las posteriores elecciones legislativas, los candidatos no peronistas obtuvieron aproximadamente el 30% de los votos. Binner en Santa Fe y Cobos en Mendoza son los ejemplos más alentadores. A partir de los resultados, el radicalismo vio factible sus chances de levantar y reposicionarse con un mayor protagonismo.

 

La reunión protagonizada el 29 de diciembre en la ciudad de Rosario entre los máximos dirigentes del Frente Progresista y de la Unión Cí­vica Radical. (ver http://www.lanacion.com.ar/1651696-para-el-gobierno-asoma-un-rival-no-peronista) es una muestra cabal de las serias intenciones de conformar una alianza presidencial no peronista.

 

Este es un gran desafí­o para la oposición, fundamentalmente teniendo en cuenta la mala experiencia que fue la Alianza. Aliarse por el solo hecho de no ser peronista no alcanza. Hay que darle contendido. Y de eso se tratará la negociación. El éxito del proyecto dependerá de la calidad de los acuerdos y proyectos a corto, mediano y largo plazo.

 

Del resto de las fuerzas, no me queda claro el papel del macrismo. Me inclino a pensar que a nivel nacional optará por buscar el apoyo del peronismo disidente.

 

Por último, el arco de la izquierda argentina, liderada por el FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores) a pesar de haber realizado una formidable elección legislativa, no creo que llegue a ser una alternativa fuerte. Suele ser una opción polí­tica que crece más en elecciones parlamentarias dado que se reparten más puestos. Pero en el caso presidencial, al haber un único ganador, las preferencias a fuerzas minoritarias cae.

 

 

 

El peronismo disidente

 

El peronismo, en todas sus vertientes, sigue dominando con altos valores la provincia de Buenos Aires. Sin ir más lejos, en las elecciones legislativas obtuvo casi el 80% de los votos. Dentro de las posiciones contrarias al gobierno nacionl, la figura rutilante es Sergio Massa. Cuenta con la ventaja, a diferencia del resto de los competidores de las demás fuerzas, que ya su candidatura es un hecho y cuenta con una «espalda» suficiente para negociar apoyo. Lo avalan las elecciones pasadas sumada a su gestión y liderazgo «juvenil» factores bien ponderados por los votantes.

 

 

 

A modo de conclusión

 

A mi forma de ver, el 2014 terminá perfilando los candidatos presidenciales. Para el caso del gobierno nacional, me inclino a pensar que Scioli será su candidato. Para el peronismo disidente, la clave pasará por el poder que siga construyendo Massa y creo que se terminará uniendo con Macri para así­ tener peso en los dos distritos más importantes del paí­s. Por último, queda la tarea a la oposición no peronista de hacerse muy fuerte en el interior y lograr armar una figura para la provincia de Buenos Aires que le saque votos al peronismo. Para la Capital Federal cuenta con UNEN que se ha constituí­do como principal fuerza alternativa al macrismo. Tiene a su favor la posibilidad de captar votos contrarios al gobierno nacional, mediante una correcta lectura de las principales demandas de la población.

 

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