Así se refirió a las elecciones que perdió el oficialismo en Misiones, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires, que empujaron, según el ex ministro, al Frente Para la Victoria a decidirse por la senadora.
7 de Julio de 2007
El candidato presidencial de la coalición UNA, Roberto Lavagna, consideró que la postulación de Cristina Fernández para suceder a Néstor Kirchner «es el fruto de la acumulación de derrotas» electorales del oficialismo, como las que tuvieron lugar en Misiones, Tierra del Fuego o la Ciudad de Buenos Aires.
«Creo que no estaba previsto. Cristina es el fruto de la acumulación de derrotas, de Misiones en adelante, y de la necesidad de dar una imagen de cambio. La intención es esa», opinó.
En declaraciones al diario Clarín, Lavagna dijo que «sería grave a esta altura» que la candidatura de Cristina esté sujeta a una eventual crisis política.
«Hay un intento de dar una imagen distinta. Pero será muy difícil porque los superpoderes, los decretos de necesidad y urgencia, han contado con el apoyo pleno de la senadora, para citar sólo algunos casos. Son todos elementos que muestran que el cambio va a ser más propagandístico y cosmético que real», prosiguió.
Consultado sobre si el gobierno llegará a octubre sin sobresaltos, el ex ministro señaló que «la energía es una crisis mayor. Todo lo que tiene que ver con la infraestructura está, después de cuatro años, ciertamente deteriorado».
«El caso de Aerolíneas, de los radares, de los trenes de carga y pasajeros, de los colectivos de dos pisos, en la vivienda, donde se han terminado una de cada diez viviendas planeadas. Todo ha absorbido una masiva cantidad de recursos con una bajísima capacidad de ejecución y de resultados», agregó.
En ese sentido, exhortó al desarrollo de «un plan racional del uso de la energía, como se hizo en California, Brasil, y requiere reconocer la existencia de la crisis».
Respecto de un posible acuerdo entre la oposición para apoyar un solo candidato en un eventual ballottage, Lavagna aseguró no estar de acuerdo «porque después hay que gobernar y gobernar exige coherencia».
Fuente: DyN