Se designaron los colores de las boletas

La reforma electoral del 2009 estableció que las boletas, el 14 de agosto y el 23 de octubre, serán de color en vez de sepia. Por otro lado, el Jefe de Gabinete, Aní­bal Fernández, declaró que no se suspenderán las Primarias, por más que haya listas únicas.

Foto: Tribunal Superior de Justicia
Crédito de la foto:  CC/Flickr/barbutti

 

 

LA JUSTICIA ELECTORAL YA ASIGNí“ LOS COLORES DE LAS BOLETAS
Elecciones Arg
23 de junio de 2011

La jueza federal con competencia electoral Marí­a Servini de Cubrí­a asignó los colores que se utilizarán los partidos y alianzas en las elecciones primarias de agosto y las generales de octubre. Durante la semana hubo férreas negociaciones entre los partidos para obtener colores propios.

El FpV, PRO y Proyecto Sur se quedaron con sus tonalidades caracterí­sticas. Otros tuvieron que aceptar cambios tajantes como le sucedió al Frente Progresista que lidera el socialista Hermes Binner que pedí­a tonalidades de verde pero le asignaron una combinación de naranja y azul.

El oficialismo que llevará a la presidente Cristina de Kirchner con la Alianza Frente para la Victoria y al Partido Justicialista, tienen el derecho a la utilización del color: Azul 3005U en todo el territorio nacional.

La alianza entre Ricardo Alfonsí­n y Francisco De Narváez (Alianza Unión para el Desarrollo Social UDESO, y al partido Unión Cí­vica Radical) tiene el derecho a la utilización de la combinación de los colores Rojo 485 U y Blanco, no pudiendo ser utilizados en forma individual.

El PRO de Mauricio Macri a nivel nacional que no lleva candidato a presidente podrá usar el amarillo y la combinación de con colores que no pueden ser utilizado en forma individual.

El partido de Elisa Carrió Coalición Cí­vica-ARI (nacional), el derecho a la utilización de la combinación de los colores Azul 308 U y Verde 369 U, no pudiendo ser utilizados 
en forma individual.

La unión entre Proyecto Sur y al Partido Socialista Auténtico que lidera «Pino» Solanas, tiene derecho a la utilización del color Verde 368 U.

La Alianza Frente Amplio Progresista, que lidera Hermes Binner utilizará la combinación de los colores Azul 661 C y Naranja 1645 C no pudiendo ser utilizados en forma individual.

La fuerza de Eduardo Duhalde Partido Unión Celeste y Blanco -Orden Nacional-, el derecho a la utilización de la combinación de los colores Rojo 1797 C y Celeste 297 U, no pudiendo ser utilizados en forma individual.

La Alianza de Alberto Rodrí­guez Saá -Compromiso Federal, y al Partido Es Posible- el derecho a la utilización del color Celeste 635 U.

Al Partido Solidario -Orden Nacional-, el derecho a la utilización del color Cian 7467 U. El Partido Humanista se quedó con el derecho a la utilización del color naranja.

Y la Alianza Frente de Izquierda y de los Trabajadores el derecho a la utilización del color Rojo 032 U.

La Alianza Frente Popular y al Partido Unión Popular -Orden Nacional puede utilizar de la combinación de los colores Fucsia 246 U y Verde 367, no pudiendo ser utilizados en forma individual.

Al Partido Demócrata Cristiano, Rojo Pantone 185 C y Azul Reflect Blue, no pudiendo ser utilizados en forma individual. 

Partido Movimiento de Acción Vecinal usará el color Verde 371 U. El Partido Del Campo Popular el color Naranja 137.

Aní­bal Fernández aseguró que habrá elecciones primarias
La Voz de Tandil
22 de junio de 2011

El jefe de Gabinete negó hoy en forma categórica que el Gobierno haya analizado anular las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto, al sostener que «aunque no haya necesidad de hacerla, tiene que expresarse la sociedad».

«Posibilidades de que se pongan de acuerdo para anularla, le digo que no. Nuestra Constitución dice que, en el caso de las leyes electorales (para modificarlas) se necesita mayorí­as agravadas puestas por la mitad más uno» de ambas cámaras parlamentarias, explicó.

En declaraciones a radio Continental, Fernández destacó: «Permitamos que se cree el hábito colectivo y la tranquilidad de saber que durante toda la vida polí­tica de los argentinos va a haber una primaria, aunque no haya necesidad de hacerla, porque tiene que expresarse la sociedad».

El Gobierno ratificó la realización de las primarias abiertas y simultáneas
InfoRegion
17 de junio de 2011

El ministro de Interior, Florencio Randazzo, se volvió a referir hoy a las internas que se realizará el próximo 14 de agosto y desmintió las versiones que aseguraban que no se iban a concretar. «Las primarias mejoran la calidad de la polí­tica y sus dirigentes», expresó el funcionario nacional y destacó que llevarlas a cabo es «cumplir con una ley que el Parlamento sancionó en diciembre de 2009».

Faltando menos de dos meses para realizarse las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, ratificó hoy la realización de estas internas el próximo 14 de agosto y desmintió los rumores de suspensión.

En este marco, el funcionario de la Nación aseguró que llevarlas a cabo representa “un avance muy importante en materia de reforma polí­tica porque mejora la calidad de la polí­tica y sus dirigentes”.

Además, Randazzo destacó que “no existen posibilidades de que se suspendan” y explicó: “Estamos cumpliendo con una ley que el Parlamento sancionó en diciembre de 2009”.

Primarias que meten miedo: serán la verdadera encuesta
Ignacio Zuleta
Ambito
23 de Junio de 2011

La fórmula presidencial que encabeza Cristina de Kirchner necesita, para anotarse en las primarias del 14 de agosto, 28.400 avales de afiliados. Hasta anoche, el Frente para la Victoria habí­a superado ese número: tení­a 35 mil. Los apoderados del ticket oficialista creen que ese número puede aumentar antes del sábado a medianoche, que es cuando vence el plazo para inscribirlo ante la Junta Electoral que funciona en la sede del PJ nacional de la calle Matheu de la Capital. En esa oficina manda Rafael González, un exdiputado por el Chaco que es hoy director del Banco Nación y presidente de la empresa Nación Seguros. Su desvelo es que esos avales que han llegado a su oficina sean legí­timos; por eso, dedica estas horas a cruzar los listados de nombres con el número de DNI y la afiliación partidaria para evitar que la Cámara Nacional Electoral, que recibirá las actas de presentación a las primarias de todos los partidos a medianoche del lunes, dé de baja a algunos de ellos por problemas de papeles.

Si los avales no le sobran a la candidatura de Cristina de Kirchner -6.600 hasta anoche por sobre el piso necesario, que es del 1% del padrón de afiliados-, cuyo Gobierno exhibe encuestas de adhesión que le prometen un triunfo en primera vuelta, es imaginable el infierno que debe ser, para los otros partidos, lograr algo semejante para anotar candidaturas dentro de 72 horas. Es presumible que habrá algunos de los que prometen competir, si se compara su situación con la del oficialismo que trabaja con poco margen sobre ese piso, que no alcancen el número de avales. La ley electoral exige que para anotar una fórmula presidencial esos avales deben ser o del 1% de los afiliados, o del 1 por mil del padrón nacional en por lo menos cinco distritos, a elegir entre el número más bajo. El Frente para la Victoria, que contiene al PJ, ha elegido trabajar sobre los afiliados; después de todo, ha alardeado siempre de ser uno de los partidos con más afiliados del mundo. Tiene una oportunidad ahora de demostrarlo.

Consecuencia
La dificultad de los partidos para lograr los avales es un reflejo más de la anquilosis de la vida partidaria, una de las consecuencias de la crisis que padece el sistema polí­tico argentino desde hace más de una década. El retrato más fiel de esa situación es que ninguno de los candidatos presidenciales tendrá competencia en la primaria del 14 de agosto. Este festival de la lista única despertó la idea de que podrí­an suspenderse por falta de objetivo. Lo sugirió ayer Aní­bal Fernández cuando dijo que «aunque no haya necesidad de hacerla, tiene que expresarse la sociedad». Olvidó que estas primarias no sólo le hicieron creer al público que habrí­a algún debate en esa elección; son, en realidad, una estatización de las internas partidarias cuyo fruto es la validación de los candidatos que tienen que sacar, para ir a la general del 23 de octubre, el 1,5% de los votos válidos emitidos.

No hay votos suficientes para suspender las primarias como ya lo hizo el Congreso en 2002 y un amparo no bastarí­a para anularlas. La Corte ya dijo, en el fallo que volteó un amparo contra la aplicación de la ley de medios que habí­a dictado la Justicia de Mendoza, que una cautelar no puede frenar la aplicación de una ley, y que quien quiera hacerlo debe pedí­rselo al Congreso.

Con esto, las primarias se convierten en el primer escollo para todos los partidos, aún el del oficialismo, que confió que la norma enloquecerí­a a todos los que discuten internas, menos al peronismo, que nunca lo hace. Al final, todos van con lista única a una jornada electoral que despierta dudas, algunas aterradoras. Ese dí­a, cada partido debe hacer una movilización de sus militantes como si se tratase de una elección nacional. El despliegue territorial será el mismo, habrá que mover bolsones de votos en colectivos, micros, taxis y remises, convencer a fiscales, pagar las vituallas de los vigilantes en cada mesa de todo el paí­s. Para ese gasto, ya se sabe, no bastan los recursos que le tiene que dar el Estado a los partidos -que encima están demorados porque el Congreso no aprueba el presupuesto electoral para este aí±o-; las formaciones deben que acudir a recursos propios, de amigos, auspiciantes y benefactores. Todo para que sus candidatos sean validados para correr en otra elección general -la del 23 de octubre- en donde deberán desplegarse con la misma energí­a y eficacia.

Dificultades
Esta es la razón por la cual los partidos han comenzado a ver la primaria del 14 de agosto como la única encuesta preelectoral seria e indicativa de cuál pueda ser la intención de voto de una sociedad que no ha participado de ningún debate sobre precandidatos y que, con candidez helvética, mira cómo los mandatarios se anotan para reelecciones y al resto de los funcionarios apostando, cuanto más, a un enroque de posiciones dentro de un sistema de poder al que ya pertenecen. Si a eso se agrega que hay sectores de opinión de grandes distritos, en donde pesa el voto opositor moderado que no tiene representantes en esta elección por la defección de los Reutemann, los Macri y los Solanas, las dificultades de la corporación polí­tica para alcanzar algún acuerdo de supervivencia con el público en este turno electoral son serias.

La encuesta que resultará de las primarias de agosto va a mostrar, antes que nada, si los sondeos que se han conocido hasta ahora son indicativos de lo que resultará en las urnas. ¿Logrará Cristina de Kirchner en la primaria los más de 40 puntos que le muestran los encuestadores? Si sacase, por decir 35% en esa primaria -un excelente resultado-, tendrá que pasarse toda la campaí±a remontando esa diferencia ante la opinión. Lo mismo que si Daniel Scioli no muestra en esa interna los 20 puntos de diferencia que tiene en sondeos frente a Francisco de Narváez.

Y eso que el oficialismo, partido de Gobierno en Nación y Buenos Aires, es el que está en las mejores condiciones de movilizar gente el 14 de agosto. Hay que imaginar la angustia que gana a cuarteles de la oposición, algunos de los cuales sostienen candidaturas ligadas a presencias mediáticas que no se traducen necesariamente en votos. El mapa que surja de las primarias de agosto puede resultar muy distinto del que hoy se percibe; hay candidatos que no alcanzarán el 1,5% de los votos válidos y se irán a la casa por no dar en el pesaje. Algunos, que creen tener poco, pueden sorprenderse con más; otros que se beben ya los vientos de la victoria, puede terminar con menos.

En las intenciones de Néstor Kirchner, al lanzar este sistema de primarias, estaba seguramente que funcionasen como una encuesta para detectar fuerzas y debilidades en cada distrito. Con el resultado, Kirchner trabajarí­a sobre punteros provinciales que hubieran sido remisos en apoyar a la fórmula oficial y premiarí­a a los más leales. Le preguntaron cierta vez si él creí­a que esta ley de primarias era la clave del triunfo. «No sé», respondió.

 

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