Córdoba: «La reforma es un fiasco»

La legisladora provincial Marí­a Liliana Olivero fue entrevistada por Argentina Elections por la reciente reforma polí­tica y electoral en la provincia de Córdoba. Olivero es representante en la Legislatura de Córdoba del partido polí­tico Alianza Izquierda Unida. Fue una de las voces más criticas sobre la reforma que incluyó la incorporación de la boleta única, sistema ahora ampliamente discutido a nivel nacional y en otras provincias. Para Olivero la reforma fue un fiasco impuesto por el oficialismo. Por Hugo Passarello Luna


1. En vista de la gran repercusión que ha tenido el sistema de boleta única, ¿Cuáles creen que son los puntos fuertes y los débiles de este método para el sistema electoral argentino a nivel nacional?
El sistema de boleta única representa un avance en relación al sistema actual de boletas por partido ó alianza, cuyo primer efecto, es el de confundir al electorado por la enorme cantidad de boletas y el desorden que introduce dentro del cuarto oscuro.
Otra ventaja se refiere a que evita el robo de boletas y supera las deficiencias de distribución, que hace que algunos partidos no tengan boletas en el cuarto oscuro. Además, se refiere a la impresión de las boletas, las cuales al estar a cargo de los partidos, lo cual se convirtió en un gasto desproporcionado de los partidos más pequeí±os, en relación a los grandes, e incluso se originaron problemas por falta de papel y tiempo (ambos problemas relativos a las imprentas locales) para poder contar con las mismas al momento de cumplir los plazos electorales.
Este problema se supera quedando la responsabilidad de imprimir los formularios a cargo del estado.
En cuanto a las desventajas, debemos seí±alar que no se supera el problema de las listas sábana, el diseí±o elegido consiste en adosar una sábana al lado de otra, convirtiéndose de este modo en un “sabanón” que arrastrará centenares de desconocidos que contribuirán a confundir al electorado.
Otra trampa que originó gran discusión fue la de lograr el voto del tramo completo para un partido determinado mediante el recurso de una casilla mas grande y de tamaí±o sobresaliente en el encabezado de la boleta, como así­ también hubo propuestas en el sentido de apelar a un sticker con el logo partidario, que a modo de estampilla definia el voto a favor del tal partido. Propuestas que contribuyen a desvirtuar el sistema.
2. Usted fue una de las legisladoras que se opuso a la reforma que fue finalmente aprobada. ¿Cuáles eran las razones de su oposición?
En primer lugar, hay que decir que la mayorí­a oficialista terminó imponiendo una reforma que es un fiasco, ya que desdice completamente el discurso del gobernador. Esta reforma se encaró en realidad, para dar legitimidad a un gobierno que resultó de un proceso electoral fraudulento. A partir de allí­, se convocó a una comisión de expertos (elegidos a dedo) con el solo propósito de asesorar al gobierno. Sin embargo la comisión incluyó en su evaluación la posibilidad de una reforma constitucional para tratar de discutir problemas de fondo.
A esta iniciativa, le siguió después la implementación de una comisión legislativa para abordar el tema de la reforma buscando la participación de todos los bloques parlamentarios.
El oficialismo tomó la determinación de no encarar una reforma constitucional, en razón de ello se pronunciaron por incorporar cambios que mejoraran el sistema. Hubo dos temas principales de debate en los meses que funcionó, el primero referido a la necesidad de eliminar la sumatoria de votos, tema sobre el cual nuestro bloque tení­a presentado un proyecto de ley, y en segundo lugar, discutir la implementación de la boleta única como sistema.
En la necesidad de “mostrar algo” al cabo del primer aí±o de gestión, el oficialismo procedió a la reforma total de la ley de partidos polí­ticos y el código electoral provincial, incorporando criterios y temas que no fueron ni discutidos ni acordados por la oposición. Como resultado de esta reforma, el contenido más importante está en su carácter proscriptivo y antidemocrático porque, en esencia, lo que se pretende con esta reforma es eliminar del funcionamiento democrático a los partidos más chicos y, fundamentalmente, a todos los partidos de izquierda, para dejar funcionando a los partidos mayoritarios y a los que acepten ser sus socios menores.
Este carácter antidemocrático y proscriptivo se resume en varios aspectos. En primer lugar, en la exigencia de conseguir, en alguna de las dos últimas elecciones, el 4 por ciento de los votos para no perder la personerí­a jurí­dica.
También este carácter antidemocrático y proscriptivo está reflejado en que los fondos que aportará el Estado, para el funcionamiento de los partidos y para sus campaí±as, solamente lo recibirán todos los partidos que tengan más del 4 por ciento de los votos emitidos; por lo que todos los fondos que están a disposición se repartirán entre los partidos mayoritarios.
Nosotros, no solamente denunciamos este aspecto, sino que creemos que también hay que prohibir los aportes privados de empresas y fundaciones a los partidos polí­ticos. Los partidos polí­ticos se tienen que sostener sólo con el aporte de sus afiliados y lo que pueda hacer el Estado, tal cual se está proponiendo.
Nuevamente hay injerencia del Estado en los asuntos internos de los partidos, que se vuelve a reflejar en la prohibición de la doble candidatura que es, no solamente un ataque a la injerencia del funcionamiento interno de los partidos sino, en particular, un ataque a los pequeí±os partidos, que con muchí­simo esfuerzo y con poquí­simos recursos económicos, muchas veces, tenemos alguna figura. No hay ningún antecedente ni ningún argumento que demuestre que es incompatible presentarse a cargos legislativos diferentes, y sin embargo se prohí­be la doble candidatura.
Las internas abiertas son otra clara demostración de esta injerencia interna. El Partido Justicialista, a nivel nacional, no podrí­a probar que ha tenido una sola interna abierta desde el 2003, cuando se implementó el mecanismo. Entonces, sólo se la establece para interferir en la vida interna de los partidos y hacérsela cumplir a los pequeí±os partidos.
Se mantiene la trampa del Senado encubierto, que se practica a partir de la reforma de la Constitución del 2001, y que constituye una nueva fórmula de gobernabilidad que permite, a través de la elección de los legisladores por departamento, la posibilidad de que todos los partidos mayoritarios que no hayan obtenido el 50 por ciento de los votos en las urnas tengan la mayorí­a de legisladores en la Unicameral.
El control de los actos electorales, es otro aspecto que creemos deberí­a modificarse. No queremos que esta Justicia, que es absolutamente dócil a los gobiernos de turno –porque los jueces fueron designados por los gobiernos de turno o amigos en el poder-, tenga que controlar los actos electorales. Creemos que hay que instrumentar una comisión electoral independiente, formada por personalidades de probada honestidad en su trayectoria, como dirigentes sindicales, sociales, barriales, y un representante por cada partido polí­tico que intervenga en la elección para que se garantice la transparencia del control de los actos electorales. No creemos en la justicia de un solo juez para controlar el escrutinio de las elecciones que se produzcan en el ámbito de la Provincia de Córdoba.
Por otro lado, también queremos objetar el porcentaje de afiliaciones que se requieren para la formación de los partidos polí­ticos. Se exige el 4 por mil del padrón que, trasladado a la cantidad de electores que el padrón de Córdoba tiene, significa que, para legalizarse, los partidos necesitan más de 8.000 afiliaciones, lo que constituye una discrecionalidad y una diferencia importante con la exigencia que propone el sistema federal, que solamente exige 4.000 afiliaciones.
Entonces, creemos que si verdaderamente se quiere hacer una reforma democrática, estas limitaciones deben ser eliminadas completamente, porque todo grupo de ciudadanos tiene todo el derecho de agruparse para defender y llevar adelante el conjunto de ideas que considere justas para la vida democrática de la Provincia.
Las modificaciones introducidas, la falta de discusión democrática, las improlijidades del texto aprobado con cambios de último momento, y el sesgo antidemocrático y proscriptito de la ley en general, nos impidieron acompaí±ar este proyecto, a pesar de que estábamos dispuestos a discutir la eliminación de la sumatoria de votos y el cambio a boleta única.
3. En vistas de las próximas elecciones, ¿Qué otros cambios cree que deban ser tomados en cuenta para hacer los comicios mas transparentes, mas incluyentes y eficientes?
Creemos que si verdaderamente se quiere hacer una reforma democrática, estas limitaciones deben ser eliminadas completamente, porque todo grupo de ciudadanos tiene todo el derecho de agruparse para defender y llevar adelante el conjunto de ideas que considere justas para la vida democrática de la Provincia.
Por esta razón, volvemos a insistir en la necesidad de que esta reforma dé al conjunto de todo el pueblo de Córdoba la posibilidad de la participación. Por eso, planteamos que se haga a través de una Asamblea Constituyente que, inmediatamente de haberse constituido por esta cuestión, se transforme y se autoresuelva como Asamblea Constituyente libre y soberana, para no tratar solamente este aspecto de la reforma polí­tica, sino también todos los graví­simos problemas que aquejan a la Provincia de Córdoba.
Por ello –no de ahora sino desde hace bastante tiempo– nuestro partido Izquierda Socialista viene reclamando la convocatoria a la Asamblea Constituyente para reformar la Constitución. Además, reclamamos el carácter libre y soberano de esta convocatoria porque no creemos que la reforma polí­tica, tanto del sistema electoral como del régimen de partidos polí­ticos, sea la preocupación central que tienen hoy los trabajadores y el pueblo de Córdoba.
Hoy serí­a para nosotros más importante –y seguramente también para los trabajadores– debatir qué hacer con el perjuicio que se les ha ocasionado a los jubilados con la reforma del sistema provisional; qué hacer con los despidos y suspensiones que están acaeciendo en número importantí­simo, hoy en dí­a, en la Provincia; qué hacer con el desastre que son la salud y la educación en nuestra Provincia, o cómo resolver el graví­simo tema de la inseguridad. Creo que estos son los aspectos que más preocupan a la población. Por supuesto, también puede estar incluida la reforma polí­tica, pero no creemos que sea la preocupación central.
Queremos una Asamblea Constituyente, porque creemos –como bien decí­an recién los trabajadores judiciales– que hay que imponer en nuestra Constitución la revocatoria de los mandatos de los funcionarios que no cumplen con lo que han prometido en las campaí±as electorales. Pero, además, para resolver el problema de la injusticia de la Justicia y de la corrupción en los organismos de seguridad, creemos que en la Asamblea Constituyente, en el marco de la reforma que se plantea, habrí­a que incorporar que los jueces y los comisarios fueran elegidos por el voto popular y, por medio de ese mismo mecanismo, tener la posibilidad de revocar sus mandatos cuando no cumplan acabadamente su función.
Como se vé, los cambios que proponemos son medidas de fondo, medidas que hay que discutir necesariamente para lograr mas democracia, participación y transparencia.
Para ver más información sobre la reforma en Córdoba visitar: Reforma Electoral en Córdoba