Según algunos analistas, la imagen de la Gobernadora María Eugenia Vidal está atada a la imagen del presidente Mauricio Macri, lo cual implica un condicionamiento muy importante para la disyuntiva presidencial en un contexto difícil, plagado de incertidumbre y desconcierto.
De acuerdo a las últimas encuestas, tanto la imagen de Vidal como la de Macri vienen decayendo notablemente en comparación con los altos picos que tuvieron el año pasado, cuando la coalición a la que pertenecen ganó las elecciones legislativas en los distritos más importantes del país (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fé y Mendoza).
Teniendo en cuenta la notable caída de imagen positiva de Mauricio Macri (y el aumento de la imagen negativa de su gestión), algunos referentes internos del gobierno postulan a Vidal como posible candidata a presidenta. Pero esto traería aparejada una contraindicación: postular a Vidal como candidata implicaría asumir el fracaso de la gestión de Macri.
Así, pese a que quizás Macri no sea hoy en día el mejor candidato del oficialismo, es muy probable que desde ese sector se busque continuar con el «Plan A», que implica que Macri, Vidal y Rodríguez Larreta vayan por la reelección en sus respectivos distritos. Además, es bien sabido que para ganar las elecciones presidenciales es muy necesario ganar en la provincia de Buenos Aires, y para eso, es necesario que Vidal tracciones los votos. Aún con una caída en su imagen, sigue siendo la mejor candidata para su distrito. Este dilema sobre qué hacer con Vidal genera dudas también en la oposición a la hora de definir candidaturas.
De todos modos, pese a la pérdida del caudal de votos (que podría aumentar durante la campaña presidencial del año que viene), Cambiemos aún tiene un porcentaje importante en términos de representación política, cercano al 30%, que podría crecer fuertemente dependiendo de cómo evolucionan algunas variables sociales, económicas y políticas.
Julian Alvarez Sansone