Peter Siavelis: «Con Trump notaremos serios esfuerzos por restringir la voz de las minorí­as»

En entrevista brindada a Elecciones Argentinas, el renombrado politólogo señaló que el modelo estadounidense de aportes a candidatos permanecerá intacto. Además, destacó ciertas medidas que, según entiende, ayudarí­an al Partido Demócrata a vencer durante próximos comicios.

Elecciones Argentinas. Desde 1907, el Congreso viene sancionando numerosas delimitaciones a los financiamientos privados recibidos por las campañas. Sin embargo, leyes así­ luego son atenuadas o anuladas por la Corte Suprema. í‚¿Considera posible que Donald Trump promueva cambios a esta realidad?

Peter Siavelis. Tanto el próximo presidente como Hillary Clinton prometieron modificaciones constitucionales dirigidas a revertir la decisión que el máximo tribunal tomó respecto a la causa Citizens United vs Federal Election Comission, por la que fueron abiertas las barreras al dinero privado. Al respecto, cabe destacar que toda jurisdicción del Poder Ejecutivo sobre leyes de financiamiento de campañas es limitada, y únicamente el Congreso puede aprobar una verdadera reforma. El sistema de otorgamiento de fondos a las campañas está fuertemente arraigado en los polí­ticos, quienes poseen mí­nimos incentivos para transformar un esquema capaz de llevarlos al poder. Además, existen muchas fuerzas militando en contra de una reforma. Por ello, Barack Obama nunca pudo efectuar la prometida revisación del modelo de financiamiento electoral.

EA. El problema radica en que la permanencia delí‚ statu quo anularí­a las duras crí­ticas al accionar de grupos de interés efectuadas durante los mitines republicanos.

PS. Trump ha dado marcha atrás con varias de las iniciativas claves que prometió para obtener apoyos, y eso podrí­a ser visto otra vez. íƒâ€°l entiende la influencia corruptora del dinero en la polí­tica, ya que admite haber esperado algo a cambio de las donaciones de campaña hechas tiempo atrás. Más aún, importantes empresarios recientemente actuaron como donantes del GOP, lo cual desmitifica la idea según la cual el futuro mandatario financió sus propios gastos electorales.

EA. Volviendo a la Corte Suprema, quisiera hacerle otra pregunta que la involucra. Hoy dí­a, sus magistrados analizan casos de gerrymandering racial denunciados en Virginia y Carolina del Norte. De acuerdo con los alegatos, cientos de ciudadanos negros fueron asignados a pocos circuitos electorales, minimizando así­ el poder de su voto. í‚¿Entiende que los jueces anularán estas decisiones tomadas por las legislaturas correspondientes?

PS. En estos casos, nada puede afirmarse respecto al contenido de los futuros fallos. Es importante señalar que ambas demandas serán analizadas en un contexto de acusaciones sobre intimidación electoral, así­ como limitaciones al derecho a votar de los afroamericanos. Particularmente, esto se da en Carolina del Norte, donde un cambio completo al registro de sufragantes y el acceso a la boleta electoral fue emprendido por los republicanos una vez que tomaron el control del estado. Sobre el máximo tribunal, es probable que la decisión sea tomada por una mayorí­a de 5 a 4, y la palabra última estará en manos del juez Anthony Kennedy, cuyas posturas oscilan entre liberales y conservadoras. Es válido tomar a la raza como un factor relevante a la hora de demarcar distritos congresionales. De todas formas, si hay una voluntad manifiesta por limitar el poder y la influencia de los grupos minoritarios, tal gerrymandering infringe la Constitución. Los respectivos abogados deberán convencer de lo opuesto a la Corte.

EA. A partir de enero próximo, la aplicación del Acta de Derechos del Votante quedará en manos de Jeff Sessions, nombrado fiscal general aun cuando surgieran fuertes crí­ticas por sus posturas discriminatorias. Desde su óptica, í‚¿están en riesgo los derechos polí­ticos de ciudadanos negros o de origen extranjero, quienes mayoritariamente votaron contra Donald Trump?

PS. Sin lugar a dudas. Entre las elecciones de 2012 y 2016, catorce estados aprobaron reformas tendientes a limitar derechos de los votantes minoritarios. En los próximos años, es probable que los reclamos consecuentes lleguen hasta el fiscal general, como viene sucediendo durante la gestión Obama, abocada a investigar estos casos. A lo largo del mandato de Trump, el nuevo procurador sólo intensificará la falta de compromiso en la aplicación federal de las leyes vinculadas a derechos civiles. Notaremos serios esfuerzos por restringir la voz de las minorí­as. En este punto, conviene recordar que la supresión del voto sirvió a la victoria republicana.

EA. Por último, hablemos sobre el futuro del Partido Demócrata. Varios de sus dirigentes aun rechazan haber sido derrotados, lo cual serí­a entendible considerando la ventaja a favor de Hillary Clinton en el voto popular. No obstante, ello coexiste con el hecho de que los republicanos tendrán 31 gobernaciones y mayorí­a absolutas tanto en el Capitolio como gran cantidad de legislaturas locales, además de dirigir la Casa Blanca. í‚¿Cómo podrí­an los demócratas recuperar éxito electoral?

PS. Los demócratas no se encuentran en tan malas condiciones como han sugerido muchos analistas. Tal es así­ que ganaron el voto popular por un margen cercano a los 3 millones de votos. Además, analizando el área legislativa, aumentaron su porcentaje de respaldo en un 2,3%, si comparamos con los comicios de 2014. El problema yace en el Colegio Electoral, que tiende a magnificar el tamaño de las derrotas. Ahora bien, el Partido Demócrata igual necesita formar una nueva generación de lí­deres, e incluso modificar parcialmente su plataforma electoral, enfocándose un poco más en asuntos económicos, lo cual no serí­a contradictorio a cuestiones relacionadas con la raza; el género, la identidad y la orientación sexual. Buscando acercarse a los ciudadanos blancos, la futura oposición deberá escuchar más a las clases media y obrera.

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