Por el Lic. Nicolás Cereijo[1]
El proyecto de reforma electoral continúa en pleno debate, siendo el objetivo de Cambiemos conseguir el dictamen de comisión para su posterior e inmediato tratamiento en el recinto. Hasta el momento surgieron cuestiones que difieren del proyecto inicial del Ejecutivo. La paridad de género, el aumento de la cantidad de diputados – siguiendo el mandato constitucional – fueron algunos de los temas que llegaron para quedarse. Pero hay una cuestión que quiero destacar aquí. Según trascendidos mediáticos, la Boleta íšnica Electrónica (BUE) se implementaría de manera gradual, comenzando de un 30 a 50% de los distritos electorales para luego llegar a la totalidad del país en el 2019.
De esta manera, lo lógico sería que las provincias que ya la utilizaran lo vuelvan a hacer y se sumen algunos distritos electorales más. Ahora bien, para las provincias que no apliquen la BUE, se continuaría con el sistema actual de boleta partidaria.
Desde Argentina Elections, como así también otras organizaciones especializadas en materia electoral como Argentina Elige, IDEMOE o Cippec, sostenemos la necesidad del cambio de la boleta partidaria a la boleta única, como sucede en Santa Fe o Córdoba.
Nuestro país está en un momento ideal para llevar adelante modificaciones a un sistema electoral que desde hace tiempo está desbordado frente a la alta fragmentación del sistema de partidos. Por eso, ante la inminente gradualidad de la BUE, ¿por qué no probar con la BU papel?
[1] Director de Argentina Elections