Por el Lic. Nicolás Cereijo*
La reforma electoral está al caer. Â El gobierno nacional enviaría a fin de mes el proyecto de ley para que sea tratado en el Congreso. El siguiente artículo se propone, a modo de balance, recopilar los temas que tuvieron mayor consenso así como aquellos que faltan incorporar al debate.
En las reuniones previas con organizaciones de la sociedad civil y referentes políticos e intelectuales, los puntos de mayor acuerdo fueron: la eliminación de la tradicional lista horizontal o “sábanaâ€; la obligatoriedad del debate presidencial y la unificación del calendario electoral.
En el primer caso la discusión tiene dos dimensiones. Por un lado su reemplazo y por otro el modo de implementación. El reemplazo seguro es la boleta única; la duda es si será electrónica o en papel. Si bien todo indicaría que se pasaría directamente a la primera opción aún queda por resolver tanto la cuestión logística como de costos. Con respecto a la implementación, no está claro si será de manera gradual (como ocurrió por ejemplo con la BUE en Salta), o de manera total.
En torno al segundo punto casi que no hay objeciones, mientras que en relación al último, muchas provincias se mostraron predispuestas al diálogo con un posterior consenso de la fecha del comicio.
En relación con esta temática, hay un desafío importante para los ejecutivos provinciales que se trata de la eliminación de elementos distorsivos para la elección de candidatos. En otras palabras, la supresión de la ley de lemas, acoples o listas “espejoâ€. Como ya se trató en un artículo previo, la cantidad de partidos políticos de orden distrital asciende a 641, número que denota la excesiva fragmentación partidaria en detrimento de la calidad democrática. Especialistas como Alejandro Tullio y María Page reforzaron esta problemática con el objetivo de ser mejorada en el tiempo.
En concreto, la eliminación de estos elementos sumado a la implementación de las PASO en todas las provincias, son cuestiones de vital importancia para aminorar el efecto daí±ino que padece el sistema de partidos. También es necesario trabajar sobre los requisitos débiles para el armado de coaliciones electorales, reforzando la idea de establecer una mayor coherencia a nivel provincial y nacional.
Por último, restan definir otras cuestiones como ser la creación de una autoridad electoral independiente (actualmente la encargada de organizar la elección es la Dirección Nacional Electoral, dependiente del Poder Ejecutivo) y la cuestión de género, de la que hasta el momento poco se dijo.
*Coordinador General de Argentina Elections