Armaron un Partido y ganaron elecciones

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Mauricio Macri será el Presidente de la Nación a partir del 10 de Diciembre.
El PRO con la ayuda de la UCR y de la Coalición Cí­vica, dieron vida a Cambiemos y a sólo unos pocos meses de su nacimiento, este domingo fueron los ganadores del primer balotaje de la historia nacional, con el 51,42 % de los votos. Por Patricia De Vita

“Armen un partido y ganen elecciones”, sugerí­a Juan Manuel Abal Medina, quien fuera el jefe de gabinete de la Presidenta Cristina Kirchner, con motivo de las movilizaciones que se dieron en todo el paí­s en protesta por las polí­ticas de gobierno, allá por septiembre de 2012.
Cambiemos lo hizo. El PRO, ese partido municipal que supo dejar un sucesor en la Ciudad y que tiene a Heidi en el sillón de la Gobernación bonaerense, ahora con la ayuda de sus socios radicales y de Elisa Carrió, fue la alianza electoral ganadora del primer balotaje de nuestra historia.
La fórmula Mauricio Macri-Gabriela Michetti obtuvo el 51,42 % de los votos. Recordemos que Raúl Alfonsí­n logró en la elección del ´83 el 51,75% de los sufragios y Cristina Kirchner el 54,11% en su reelección del aí±o 2011. Algunos dirán que no son elecciones comparables en el sentido que los votos de un balotaje no son todos del candidato vencedor. Es probable. Pero en pos de la gobernabilidad, no es un dato menor. Los kirchneristas de 2003 saben de su importancia.

Las PASO
Para llegar al balotaje del 22 de Noviembre, el espacio Cambiemos compitió en las Primarias del mes de agosto con tres fórmulas: Macri-Michetti, Sanz-Llach y Carrió-Flores. El frente cosechó el 30,07% de los votos a nivel nacional, quedando segundo, detrás del Frente Para la Victoria quien no utilizó PASO para elegir a sus candidatos presidenciales sino que fue el dedo de la ex Presidenta quien colocó a Daniel Scioli en la general de Octubre.
La interna de Cambiemos la ganó el binomio porteí±o por amplio margen:

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La Elección general
El 25 de Octubre fue una elección sorprendente y el motivo principal de la sorpresa fue el paso del huracán Mariu por territorio bonaerense, que dejó a más de un barón del conurbano de patitas en la calle y truncó el desembarco de Aní­bal Fernández y Cia. en ese territorio. Luego de casi tres décadas de (des)manejo peronista en la provincia que representa el 38% del padrón electoral, el PRO, o mejor dicho, el frente Cambiemos, logró la gobernación más ansiada, porque si bien la provincia no ha podido aun romper la maldición y poner presidentes, sabemos de su poder de fuego para desestabilizarlos.
Pese al crecimiento del candidato del frente UNA, Sergio Massa, fue Cambiemos quien finalmente entró al balotaje, logrando retener los votos de sus socios Sanz y Carrió y sumando cuatro puntos en esta oportunidad, achicando la brecha con el candidato del oficialismo. La UCR puso los fierros, el PRO los votos. Aunque muchos radicales patalearon, fue un acuerdo exitoso.
Estos fueron los números en las Generales:

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Balotaje: la hora dela verdad

El Frente Para la Victoria llegó al balotaje desgarrado y con cara larga. Poco ayudó el fuego amigo y la campaí±a del miedo a la que apelaron para captar indecisos. Luego de doce aí±os de kirchnerismo y ante una realidad económica acuciante, con indicadores sociales e institucionales deficitarios, Cambiemos no tuvo más que llevar el postre. La mesa ya estaba (casi) servida, aunque hay que destacar que la diferencia entre ambos candidatos no superó los 4 puntos porcentuales y que los barones del conurbano que quedaron en pie, no traicionaron y allí­ Scioli resultó ganador. A nivel nacional, vemos que se mantuvo una brecha similar a la de la primera vuelta. Otra vez las encuestadoras erraron, ya que proyectaron una diferencia entre 5 a 15 puntos. Ciencia Ficción.

Los resultados a nivel paí­s son:

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Lo que viene, lo que viene

Lejos de encontrar un paí­s cómodo, el nuevo gobierno tendrá que tomar decisiones urgentes para sanear una economí­a que no registra crecimiento en los últimos cuatro aí±os, con una inflación cercana al 30% que lastima el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. Sumado el déficit fiscal, el atraso cambiario, un preocupante nivel de reservas en el BCRA y con estadí­sticas oficiales sin credibilidad, que han ocultado y/o manipulado desde el aí±o 2007 el impacto social de las polí­ticas públicas aplicadas en los últimos 12 aí±os.
El frente Cambiemos conoce muy bien estos problemas y Mauricio Macri y su equipo han esbozado muy a vuelo de pájaro cuáles serán las medidas concretas que permitirán poner en marcha nuevamente la estructura productiva. Lo que aún no han sincerado, es el cómo, aunque podemos sospecharlo. Y acá sí­ habrá que estar atentos, porque sabemos que las recetas del pasado poco o nada podrán resolver nuestros problemas del presente. Habremos aprendido esto?. O mejor dicho, la clase dirigente lo hizo?.
Como escribió hace unos meses Marí­a Esperanza Casullo, la salida y la llegada de un nuevo presidente es comparable con el despegue y el aterrizaje de un avión. En esos dos momentos claves, a pesar de volar a baja altura, un error de cálculo podrí­a ser fatal. Lamentablemente tenemos ejemplos en nuestra historia reciente, de aterrizajes anticipados y turbulentos y de despegues un tanto fallidos. Esperemos que la entrega del poder sea con pista despejada y que el nuevo gobierno levante la nave y capee con éxito el difí­cil viaje que tiene por delante.
A partir del 10 de diciembre, calibremos bien nuestro sentido crí­tico y abrochémonos los cinturones. La etapa que comienza va a necesitar de todos, los hayamos votado o no.

 

 

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