Nos encontramos ante las elecciones presidenciales más disputadas desde el retorno de la democracia, por lo cual los próximos días serán de nervios y expectativas hasta que a las 22hs del domingo 22 de noviembre contemos con una tendencia consolidada de los resultados. Para matar la ansiedad analizamos el panorama actual y proyectamos posibles resultados. Por Javier Tejerizo
Crédito Imagen: Florencia Dezotti
Dos candidatos que no convencen
Como decíamos se espera una definición fotográfica, volviéndose las elecciones más competitivas que hemos tenido a nivel presidencial. Esta premisa queda expuesta con la simple noción que representa encontrarnos ante el primer balotaje de la historia nacional. Pudimos haber tenido experiencias previas de segunda vuelta, pero las mismas no sucedieron ante el fuerte rechazo (Menem en 2003) o apoyo (Campora en 1973) que despertaba uno de los dos candidatos. Ante esta situación los candidatos que proyectaban la imposibilidad de vencer, desistían de participar en la segunda vuelta, “coronando†a su contendiente directo.
Este no es un dato menor, porque en este balotaje nos encontramos con dos candidatos, Macri y Scioli, que no despiertan fuertes apoyos en la población y que encontraron techos muy bajos en las pasadas elecciones generales. Scioli lograría el 37,08% de los votos, mientras que Macri el 34,15%; lejos quedó el 45% o 40% más 10% de diferencia con el segunda necesario para evitar la segunda vuelta. 14 millones de argentinos, casi la mitad del padrón de 32 millones, no votó ni a Scioli, ni a Macri y todavía le cuesta decidir qué hacer el 22 de noviembre.
La falta de carisma de los dos candidatos y de ideas de sus campaí±as, derivaron en que los votantes no polarizarán la elección, como era de esperar, entre las PASO y las Generales. En este sentido, Massa (más bien sus votantes) serán jueces y jugadores de esta definición.
Panorama. Los datos que tenemos.
Para bajar un poco el nivel de incertidumbre, nada mejor que mirar un poco los datos de las elecciones del 25 de octubre. Ambos candidatos aumentaron su caudal de votos entre las PASO y las generales, sin embargo mientras Scioli sumo 700 mil votos nuevos, Macri logró 2 millones. En el caso del FpV este aumento de votos estuvo más relacionado con el incremento de votantes entre elecciones, mientras que Cambiemos se alimentó de los votos de De la Sota en Córdoba y Progresistas en Provincia de Buenos Aires.
El otro dato a favor con el que cuenta hoy Macri son las encuestas. Es verdad que las encuestadoras deberían andar con capa caída tras errar por más de 10 puntos en las generales, pero siguen como si nada hubiera pasado. En este sentido, no quiero remarcar números concretos (si los quieren ver acá tienen) sino más bien una tendencia: todas dan como ganador a Macri. Sin embargo, no puedo dejar de remarcar que también todas muestran un porcentaje alto de indecisos o de votantes que podrían modificar su elección a último momento.
Los que definen
Hoy el principal actor de la elección, de manera paradójica, no es ninguno de los que será nuestro futuro presidente, sino el que salió tercero en la general: Sergio Massa. El de Tigre considera que “ya ganó†debido a que tanto Scioli como Macri han tenido que incorporar a sus propuestas la plataforma de campaí±a de UNA para tratar de seducir a sus votantes. Por su parte, tanto Massa como su entorno mantiene una constante ambivalencia en sus mensajes, que no permite determinar cuál de todas esas seí±ales sus votantes podrían tomar para definir su voto.
Además de hablarles a los votantes de Massa, Scioli ha dedicado spots de campaí±a especiales para la provincia de Córdoba, donde la performance del FpV fue muy pobre, a los peronistas (saludo por el 17 de noviembre) y ha incorporado un mensaje que le habla a los trabajadores, tratando de evitar un voto en blanco masivo de los sectores de izquierda.
Por su parte Macri, anunció que su cierre será en Jujuy con el objetivo de mostrarse un poco más federal (su fórmula porteí±a no lo ayuda) y trata de hacer pie en el norte argentino, su talón de Aquiles.
https://www.youtube.com/watch?v=jnekCuz4tX4
La mayor fotaleza de Cambiemos es la división del peronismo, habrá que ver que factor determinará el voto massista en última instancia: su pertenencia al peronismo o a la oposición.
Los escenarios que pueden pasar
A partir del simulador de balotaje (todavía no lo usaste, entrá acá) y los datos antes mencionados, planteamos 2 escenarios posibles.
Gana Scioli
La opción donde se impone el FpV depende de dos variables: que el votante de Massa se reparta de forma equitativa entre ambos candidatos y que un porcentaje elevado de votantes de agrupaciones de Izquierda eviten el voto en blanco.
Gana Macri
Cambiemos hoy apuesta a que los votantes con alto nivel de rechazo hacia Macri elijan votar en blanco antes que al FpV. En segunda medida atraer a los votantes de Rodríguez Saá y Stolbizer, como ya lo hizo en Provincia de Buenos Aires. Tercero, seguir sumando votantes de UNA en una proporción mayor que el FpV.
Lo que nos espera
Ambos candidatos han blanqueado que devaluarán, Scioli llevaría el peso a 10, Macri a 16. Ambos impulsarían reformas electorales, seguramente para la aplicación del sistema de Boleta íšnica Electrónica. Ambos reforzarían la presencia de las Fuerzas Armadas en las fronteras. Ambos mantendrían el camino iniciado por el ProCreAr. Ambos focalizarían su propuesta educativa en la infancia. Ambos aumentarían la presión impositiva. La lista de similitudes continúa (pueden ver las propuesta concretas y comparación de gestiones acá).
Las diferencias planteadas tal vez son más interesantes. El FpV mantendría su política de subsidios y políticas sociales universales, el Pro considera mejor avanzar en la focalización de las mismas (sólo se da a la población que necesita). Lamentablemente mantienen una discusión sobre el tamaí±o del Estado, FpV grande y Pro chico, cuando O’ Donnell nos enseí±ó que lo importan es tener Estados fuertes. El FpV continuaría con una fuerte regulación de la economía y el empleo, el Pro buscaría una mayor libertad de las mismas.
Tal vez el dato más importante, es que por primera vez en estos 32 aí±os habrá un cambio de ciclo en donde el que asume no recibe el Estado en una situación de crisis terminal; por lo cual no se encontrará con una población dispuesta a acompaí±ar propuestas faraónicas. Asimismo, ninguno de los dos candidato asumirá con el apoyo ciudadano ni legislativo con el que contó el FpV en los últimos aí±os. En el caso de Scioli es de esperar que ni siquiera cuente con la llamada “luna de miel†por representar en cierta medida la continuidad del actual gobierno. Por estos motivos, es de esperar un gobierno más bien receptivo y conciliador por los próximos 2 aí±os, hasta que pueda tratar de consolidar una nueva mayoría en elecciones legislativas intermedias y solucione ciertas variables de la macroeconomía.