El futuro de la Defensa argentina

Concejo Sudamericano de DefensaEl próximo 25 de octubre tendrán lugar en la Argentina las elecciones presidenciales. La carrera está protagonizada por tres coaliciones principales; el Frente Para la Victoria (FPV), el PRO y el Frente Renovador. El FPV, se encuentra actualmente comandado por la Sra. Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. En las siguientes lí­neas plantearé una versión acotada de un análisis más profundo, el cual se anexa al final, respecto a los posibles escenarios de la polí­tica de defensa tras las elecciones presidenciales. Por Mg. Nicolás José Rodrí­guez.

La polí­tica de Defensa argentina y su contribución a un sistema de Defensa cooperativo.

La polí­tica exterior del FPV’s ha apuntado a la consolidación de los niveles de independencia económica y soberaní­a polí­tica mediante el establecimiento de alianzas estratégicas con los paí­ses de la región de Suramérica y entre los BRICS; a través de las implementaciones de polí­ticas para la reducción de la deuda externa, la nacionalización y la protección de los recursos naturales y la creación de empleo.

En consecuencia, el modelo de defensa kirchnerista [1] se caracteriza por promover una crí­tica sobre el Sistema Interamericano de Defensa tradicional, creado después del final de la Segunda Guerra Mundial, para consolidar la influencia de los EE.UU. en el continente, desalentar la penetración comunista y asegurar el alineamiento geopolí­tico de los Estados miembros con occidente. Hoy en oposición a los aí±os de la Guerra Frí­a, los vecinos de la Argentina ya no se perciben como una hipótesis de amenaza y el conflicto ha sido rechazado como medio de resolución de controversias por los paí­ses de América del Sur, a través de la implementación de medidas para promover y construir la confianza mutua (MFCyS). Por lo tanto, la República Argentina asume una identidad de defensa estratégica, de rechazo y oposición, a las polí­ticas y proyecciones de poder ofensivo de capacidades hacia terceros Estados [2].

La polí­tica de defensa nacional de los últimos 12 aí±os se ha caracterizado, por favorecer la construcción, a través de acuerdos y de diálogo polí­tico, de un sistema regional de defensa cooperativa en Suramérica junto con otros Estados miembros de la UNASUR. En sí­ mismo esto representa una vinculación entre los procesos de integración de América del Sur y la reducción progresiva de las percepciones de amenaza mutua[3].

El actual contexto de crisis internacional muestra que los cambios económicos que se han producido en las últimas décadas han revitalizado la carrera por los recursos naturales y el control de las rutas de transporte de los mismos. Esta dinámica es un factor potencial de tensión y enfrentamiento entre estados ricos y regiones del mundo, que aumentan su tendencia a buscar el control soberano garantizado de sus recursos. Por lo tanto, Argentina busca promover y ratificar su soberaní­a en diferentes escenarios estratégicos, como las Islas Malvinas y la Antártida. En este sentido, Argentina asume que cada Estado es soberano y capaz de encontrar el consenso necesario para resolver sus propios problemas internos, por lo que el paí­s no adhiere a medidas de intervención. Sin embargo, el paí­s reconoce su compromiso con la paz en el sistema internacional y participa activamente en Operaciones de mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas.

Esta polí­tica de Defensa es el resultado de un proceso de reconversión profunda de la concepción de la Defensa, que se podrí­a ver truncado. Los cambios polí­ticos que se producirán después de las elecciones de Octubre tendrán necesariamente un impacto en la polí­tica exterior de la Argentina y subsecuentemente en su polí­tica de Defensa.

Diferentes perspectivas de la polí­tica exterior y su impacto en la agenda de Defensa

El 5 de octubre, en la Universidad de Buenos Aires (UBA) tuvo lugar un encuentro, el cual reunió a tres miembros del servicio diplomático argentino[4], en representación de las tres coaliciones mencionadas. Los embajadores presentaron sus perspectivas sobre la polí­tica exterior para los próximos cuatro aí±os. Su opinión sobre el futuro de la polí­tica exterior argentina varió considerablemente; desde una perspectiva regional e integracionista (FPV), a otra centrado en la (re)construcción de estrechos ví­nculos con los EE.UU. y «Occidente».

El embajador Ricardo Lagorio, del FPV describe la futura polí­tica exterior de Scioli como multidireccional y dedicada a apoyar el desarrollo y la integración regional. Según Lagorio, la polí­tica exterior argentina debe contribuir a la integración de la región, geográficamente y funcionalmente, a través de acuerdos con los paí­ses vecinos para la construcción conjunta de infraestructura crí­tica para el desarrollo. Por lo tanto, la conectividad[5] parece ser un factor clave. Por otra parte, Lagorio afirmó que el poder blando de la  Argentina y la protección de la «Pampa Azul» (término acuí±ado a partir del concepto de Amazonia Azul[6]) deberí­an ser las prioridades del nuevo gobierno.

Mientras tanto, el PRO reclamó la necesidad de volver a una alineación con las polí­ticas, intereses y valores «propios de Occidente», como la libertad. Según el Embajador Pfirter (PRO), «Argentina debe volver a las polí­ticas de comercio abierto pasadas, dando prioridad a una alianza con los EE.UU. y la Unión Europea (UE); por medio de la Asociación Trans Pací­fico, obteniendo así­ acceso a mayor financiación para el desarrollo». Esto está en lí­nea con la percepción económica neoliberal del PRO y su disposición a mantener estrechos ví­nculos con la extrema derecha del Partido Republicano. Como se dio a conocer recientemente por la prensa; una ONG con sede en EE.UU.[7], financiada por NML, un fondo buitre [8] estuvo canalizando fondos para la campaí±a presidencial del PRO’[9].

Asimismo, según Pfirter la relación con China y Rusia debe ser «moderada», restringiendo la participación de la Argentina en cualquier tipo de «experimento geoestratégico que podrí­a derivar en un enfrentamiento con otros paí­ses occidentales». En cuanto al papel de la región, Pfirter destacó la importancia de trabajar junto con Brasil, Chile y Uruguay.

En lí­nea con Pfirter, el embajador Moritán del FR, llamó al aumento de las exportaciones y de la producción a través del libre comercio[10]. De acuerdo con Moritán, las convicciones éticas de la Argentina deberí­an ser complementadas con una excelente relación hacia los poderes mundiales[11]. Retornando de este modo a una situación de alineación con los EE.UU., “poniendo en el centro de la escena a la Organización de Estados Americanos” (OEA) en claro detrimento de la UNASUR, una organización creada para abordar las inconsistencias del Sistema Interamericano de Defensa[12], de la que la OEA es una parte fundamental.

En cuanto a las relaciones polí­ticas con la región, Moritán aclaró la necesidad de que fueran más «homogéneas» (una clara referencia a las relaciones estrechas que la Argentina mantiene con Venezuela, Ecuador y Bolivia). Asimismo, el comercio deberí­a ser liberalizado y los esfuerzos internacionales deberí­an orientarse a la construcción de una infraestructura crí­tica para el desarrollo. “En términos de seguridad, deberí­an abordarse en conjunto con el Brasil aquellas cuestiones transnacionales como el terrorismo y las actividades de contrabando”. En cuanto al conflicto del Atlántico Sur y del reclamo soberano sobre las Islas Malvinas, el FR reclama la necesidad de «mantener un proceso armónico de negociaciones con el Reino Unido, con el fin de obtener resultados tangibles, sin provocar el Gobierno británico»; en un claro rechazo genuflecto al proceso de negociaciones internacionales llevadas adelante por la Argentina, desde la ocupación británica en 1833.

Además, el candidato del FR, Sergio Massa[13], ha estado encabezando una iniciativa para militarizar la seguridad interior, una iniciativa que demostró ser terrible para el pueblo mexicano y colombiano. A través del uso del discurso de la Securitización; Massa presenta al narcotráfico como una amenaza extraordinaria a la supervivencia del Estado y de la sociedad, lo cual requiere de la intervención de las Fuerzas Armadas (FF.AA.)[14]. Este tipo de iniciativas reciben el apoyo de los EE.UU.[15], a través de múltiples instancias de cooperación, como el Comando Sur y la USAID[16]. Aún no está claro por qué los EE.UU. aboga por el uso de las FF.AA. en América Central y América del Sur, cuando el acta Posse Comitatus de 1878[17]; prohí­be a los militares, hacer cumplir las leyes dentro de su territorio.

El futuro de la Defensa argentina

Independientemente del resultado de las elecciones, sucederán cambios en el ámbito de la Defensa. En caso de que Scioli gane no hay duda de que su plataforma, menos ideológica y más tecnocrática; afectará el proceso de formulación de polí­ticas de Defensa. Dos cosas pueden suceder. El escenario menos probable es un Ministerio convertido en una «segunda» prioridad para la administración. Scioli ha evitado hacer grandes declaraciones sobre su futura polí­tica de Defensa. Por lo tanto, un ministerio «congelado» no serí­a una sorpresa, sobre todo, cuando el Ministerio de Defensa no se considera una de las oficinas más influyentes en la polí­tica Argentina diaria. Un escenario más probable, es un Ministerio de Defensa participando de alguna manera en reformas en el campo de la Defensa y de la seguridad, bajo la supervisión directa del presidente. De producirse una migración de personal del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires al Ministerio de Defensa, esto serí­a aún más probable.

En caso de una victoria del PRO, su manifiesta alineación con los EE.UU. afectará por completo a la Defensa. Es probable que la aplicación de polí­ticas de desarme se convierta en una prioridad[18]. La estrecha relación del PRO con la Embajada Estadounidense[19] afectará directamente el desarrollo autónomo de la capacidad misilí­stica del paí­s y su programa nuclear.

Cuando se trata de Argentina, los EE.UU. se encuentra particularmente preocupado por dos cosas, en primer lugar, la relación de Irán con la región y las posibles consecuencias de esto; especialmente en campos como el de la cooperación nuclear. En segundo lugar, los EE.UU. está preocupado por la capacidad de Argentina de desarrollar un programa[20] de cohetes[21]. Esto se debe en parte a la cuestión Irán. Asimismo, Inglaterra un aliado estratégico de los EE.UU. interpretarí­a esto como una amenaza a la ocupación ilegal de las Islas Malvinas, que las FF.AA. británicas llevan adelante,

Del mismo modo si el FR gana, cambios profundos sucederán en la Defensa[22]. Esto resulta evidente en uno de los spots televisivos más difundidos por el massismo, en el cual se pide especí­ficamente, por la sanción de una ley de seguridad ampliada[23]. Esto representa un eufemismo que oculta una reforma severa; la cual implica el uso de las FF.AA. para tareas de seguridad interior, algo prohibido por las leyes 24.059[24]; 23.554[25], 25.520[26] y 27.126. Si bien Massa tiene pocas posibilidades de convertirse en presidente, su poder de negociación polí­tica puede habilitar el desembarco de elementos del FR en el Ministerio de Defensa, en caso de un ballotage[27]. Esto serí­a una situación win–win para la Embajada Estadounidense en Buenos Aires.[28]

Sin embargo, es importante mencionar que según las encuestas, el FPV obtendrá un importante número de bancas en el Congreso. Por lo tanto, la batalla final por cambios legislativos que puedan o no afectar a la Defensa, se definirá en gran medida por el rendimiento de estos representantes en el Congreso.

Para de-securitizar este debate, es necesario mover los temas de la agenda de la «seguridad»; de vuelta al ámbito del discurso polí­tico público y de la disputa polí­tica en el Congreso. Además, esto se debe complementar con la participación de la Sociedad Civil en la discusión de la Seguridad, precisamente porque la securitización, aí­sla el debate de la seguridad de un proceso de debate público, donde es susceptible de ser desafiado por el consenso social que subyace en la capacidad de tomar decisiones polí­ticas. (Williams, 2003).

Nicolas Jose Rodriguez
Master en Asuntos Internacionales
Milano School of International Affairs, Management, and Urban Policy
LinkedIn: http://goo.gl/jVOfY0
Blog Análisis y Estrategia

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References

Eissa, S. (2013). Polí­tica Exterior y Polí­tica de Defensa en Argentina: dos caras de la misma moneda . Perspectivas de Polí­ticas Públicas, 171 – 191 .

Guevara, C. V. (2009). ¿Camino a una Comunidad de Seguridad Integrada? Obtenido de K. DerGhougassian (Comp.), Consejo de Defensa Suramericano: Una Mirada desde la Argentina (pág. 61).: Buenos Aires. http://www.mindef.gov.ar/publicaciones/todas/cuadernos4.html.

Lohmuller, M. (Jueves de Marzo de 2015). www.insightcrime.org. Obtenido de Plan Colombia is not a Cure-All for Latin America’s Woes: http://www.insightcrime.org/news-analysis/plan-colombia-in-central-america-foreign-policy-stavridis

Williams, M. (2003). “Words, Images, Enemies: Securitization and International Politics,” . International Studies Quarterly 47(4) , 511-531.

[1] La polí­tica de defensa internacional de la Argentina se basa en un modelo cooperativo – autónomo, que busca alcanzar capacidades de autodefensa adecuados, mientras que pretende cooperar a través de mecanismos bilaterales y multilaterales en el contexto regional y global donde la confianza mutua y la transparencia promuevan una mejor protección de los intereses nacionales y un ambiente de libertad, paz y justicia, junto con el fortalecimiento de las instituciones y el derecho internacional. http://www.mindef.gob.ar/mindef_politica_inter_defensa/index.html

[2] http://www.ceedcds.org.ar/Espanol/09-Downloads/INST-DEF-ESP.pdf

[3] Además, este proceso de integración se caracteriza por su contribución al desarrollo interno de los paí­ses, mediante la promoción de la industria de defensa, después de aí±os de desguace neoliberal. La polí­tica industrial de la defensa pretende profundizar los márgenes de autonomí­a de las FF.AA. de equipamiento militar extranjero, el crecimiento de los mercados internos y el aumento de la cooperación intra-industrial en la región, generando economí­as de escala y el desarrollo conjunto de tecnologí­a.

[4] 1) Embajador Ricardo Lagorio (FPV): Ex subsecretario de Estrategia y Asuntos Militares, asesor del Vicepresidente y Gobernador Daniel Scioli. 2) Embajador Rogelio Pfirter (PRO): Abogado (Universidad Nacional del Litoral); ex Director de la ABACC y la CONAE, ex embajador en Inglaterra, ex Director General de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Quí­micas (2002-2010) . 3) Embajador Roberto Garcí­a Moritán (FR): Abogado (UBA) y Master en Polí­tica Internacional (New School for Social Research, Nueva York), ex presidente del MTCR y de la Conferencia de Desarme.

[5] http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/subnotas/20-74825-2015-10-12.html

[6] http://www.adesg.net.br/noticias/a-amazonia-azul

[7] http://www.buenosairesherald.com/article/194863/%E2%80%98vultures%E2%80%99-spat-turns-into-legal-labyrinth

[8] http://allabouttheargentinedebtcase.org/ ; https://www.youtube.com/watch?v=dCc-3bEpUy4 y https://www.youtube.com/watch?v=dCc-3bEpUy4

[9] http://www.infonews.com/nota/57654/fondo-buitre-financia-una-ong-vinculada-a-una-diputada-del-pro

[10] Moritán no hizo declaraciones claras sobre cómo esto esto es posible, sobre todo cuando en el pasado, las asimetrí­as y disparidades entre la Argentina y los EE.UU. condujeron al paí­s a la búsqueda de competitividad en la reducción de salarios y en la desarticulación de redes de contención social. De esta forma las polí­ticas de austeridad resultaron en la exclusión social de partes importantes de la población.

[11] https://civismundirevista.wordpress.com/2015/09/10/los-riesgos-de-la-securitizacion-la-lucha-contra-el-delito-y-la-militarizacion-de-la-seguridad-interior/

[12] Los componentes centrales del sistema interamericano (OEA, Tratado TIAR, la JID y el CID), se consolidaron durante la Guerra Frí­a, y se caracterizaron por la articulación de la seguridad regional en torno a la centralidad de la seguridad de los EE.UU.; y su relación asimétrica con el resto del continente. Este sistema se convirtió en el blanco de numerosas crí­ticas; desde el final del conflicto ideológico y estratégico Este-Oeste. Esta crí­tica surge de la deslegitimación de este sistema después de la Guerra de Malvinas en 1982, cuando los EE.UU. se alinearon con el Reino Unido, en clara violación del tratado TIAR para la asistencia recí­proca en caso de intervención extranjera en la región. Posteriormente, la consolidación de los regí­menes democráticos en América del Sur, se tradujo en un mayor control de las FF.AA. por parte del elemento civil, descartando hipótesis de conflicto, algo que derivó en la formación de una «zona de paz» en la sub-región de América del Sur. Los instrumentos y componentes de este “Sistema” han quedado obsoletos para las necesidades de hoy en dí­a, debido a su naturaleza y diseí±o obedecen a necesidades de defensa colectiva.

[13] Massa, ha declarado su intención de involucrar al ejército en asuntos de seguridad interna y la creación de alianzas entre la Argentina y la Agencia de Control de Drogas de los EE.UU. (DEA). Massa indicó esto durante su visita al Consejo de las Américas en la ciudad de Nueva York en marzo de 2014. Desde entonces, repite esto sistemáticamente; como una propuesta de campaí±a en busca de los votos del electorado de “derecha”, convencido de que la respuesta a los problemas de seguridad reside en el uso de más medios «robustos». https://civismundirevista.wordpress.com/2015/09/10/los-riesgos-de-la-securitizacion-la-lucha-contra-el-delito-y-la-militarizacion-de-la-seguridad-interior/

[14]https://civismundirevista.wordpress.com/2015/09/10/los-riesgos-de-la-securitizacion-la-lucha-contra-el-delito-y-la-militarizacion-de-la-seguridad-interior/

[15] http://www.defensasur.com.ar/index.php/america-del-sur/8730-se-propone-la-creacion-de-una-fuerza-multinacional-en-america-latina

[16] http://www.infodefensa.com/latam/2014/03/09/noticia-colombia-conferencia-fuerzas-aereas-americanas.html

[17] http://civilliberty.about.com/od/waronterror/a/posse_act.htm

[18] http://www.globalsecurity.org/space/world/argentina/launch.htm

[19] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-154612-2010-10-09.html

[20] http://www.nti.org/country-profiles/argentina/delivery-systems/ ; https://www.wilsoncenter.org/article/npihp-partner-hosts-conference-brazils-and-argentinas-nuclear-history/

[21] Durante la década de 1980, se desarrollaron los cohetes Alacrán y Cóndor 2. El Cóndor 2, contaba con un rango de alrededor de 1.000 km de alcance, pero fue desechado durante el gobierno de Menem bajo la presión del gobierno de los EE.UU. http://www.astronautix.com/lvs/alacran.htm

[22] http://www.infodefensa.com/latam/2015/10/06/noticia-colombia-celebra-quinta-conferencia-naval-interoperabilidad.html

[23] https://www.youtube.com/watch?v=PMunUd-sAIg ; https://www.youtube.com/watch?v=pPD200-Q7Q4 and http://www.lanacion.com.ar/1821543-massa-presento-su-plan-de-seguridad-ampliada

[24] http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/458/texact.htm

[25] http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/20988/texact.htm

[26] http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/70000-74999/70496/norma.htm

[27] 10 a 15% de los votos en primera vuelta electoral, significan un número importante al momento de negociar posiciones en futuros gabinetes, en el caso de Scioli y Macri terminan en una situación de ballotage.

[28] Hay una tendencia manifiesta de los EE.UU. a securitizar partes estratégicas del continente. Un funcionario militar prominente estadounidense pidió recientemente un «Plan Colombia» en Centroamérica.(Lohmuller, 2015) El almirante (R) James Stavridis argumentó que los í­ndices de violencia en Guatemala, Honduras y El Salvador, requieren de una intervención de EE.UU. Según el almirante: «personal especializado y bien entrenado debe desplegarse, en oposición a un gran número de tropas. Asimismo, EE,UU, deberí­a enviar más abogados a estos paí­ses para ayudar a implementar ciertos mecanismos legales que sirvan para hacer frente a la delincuencia transnacional» (extradición de personas a los EE.UU), mientras que el apoyo debe de centrarse en una fusión de la defensa, la diplomacia y el desarrollo» Además, otra recomendación es » financiar sistemáticamente operaciones de interdicción marí­tima».

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