Además de ser diputada nacional por CABA, Carla Carrizo es politóloga y docente. También fue Directora de la Carrera de Ciencia Política en la Universidad del Salvador. En entrevista con Argentina Elections habló del momento de Unen, poniendo especial énfasis en el armado electoral teniendo en cuenta la fuerte autonomía provincial.
¿Cómo ve el actual panorama del FA-UNEN a nivel nacional?
Contra todos los pronósticos mediáticos de la desunión y tomando el potencial de coalición que ha generado Unen a nivel subnacional – tanto con el macrismo como con Massa –, creo que es un momento muy positivo. Piense que si hay turbulencia siginifica que hay un proyecto con potencial crecimiento, más aún, en un contexto donde los candidatos mediáticamente mejor posicionados no tienen estructura partidaria.
Aquí es importante saber que una cosa es el juego presidencial a nivel nacional y otro muy distinta a nivel local. Por ende, la confusión a la cual se pretende llegar tiene que ver con cómo se configura la política nacional en países federales, que no tiene nada que ver con la política en los países unitarios, como son Chile o Uruguay, en donde el juego nacional define todo.
De esta manera, la coordinación partidaria no es homogénea ideológicamente porque los partidos de gobierno en Argentina tienen que abarcar un gran espectro de opiniones porque, justamente, representan a esa media territorial. Y esto es lo que se está viendo en Unen.
¿Este fenómeno ocurre en el resto de las fuerzas?
Por supuesto. Por ejemplo cito el kirchnerismo donde se intenta ocultar la heterogeneidad ideológica, la cual cae con una pregunta: ¿qué tiene que ver Carta Abierta con líderes provinciales como Alperovich? No se parecen en nada, pero sin embargo están aglutinados en la misma fuerza.
Por ende, se puede ver que los dos grandes partidos que gobernaron al país, – el peronismo y el radicalismo – justamente han sido grandes partidos de gobierno porque han incluido a la izquierda y a la derecha dentro de sus filas. Por eso, es curioso cuando se dice que en Argentina falta un partido de derecha, se omite que está incluído en el partido de gobierno. Como hoy es el kirchnerismo y ayer fue el menemismo, son ciclos que están incluidos en una misma fuerza que es el peronismo.
Entonces no es preocupante el momento de Unen…
Lo que se ve es el incorrecto abordaje del modo en que se construye política nacional en los países federales. Por eso observo al momento de Unen, lejos de ser de debilidad, de crecimiento. Hoy Unen cotiza en el mercado de nivel subnacional porque tiene efectivamente peso en la competencia a nivel nacional. Inisisto una vez más en que el momento del FA-Unen es muy bueno.
Yendo en concreto a las alianzas provinciales, ¿cómo ve la situación?
Cada provincia tiene un sistema de partidos particular. Por eso, al algunos distritos será más importantes la coalición con Macri y en otros con Massa. El formato coalicional de Unen no se va a ver ahora. Recién se definirá a mediados del aí±o próximo. Con estos dos candidatos tenemos en común consolidar ejecutivos provinciales. Pero esto no significa legitimar que ambos sean candidatos de Unen. Insisto, son dos arenas distintas: la nacional y la provincial.
Entonces, el hecho de que alrededor de quince provincias tengan antes su elección para gobernadores, le daría a nuestro espacio, en el caso de cumplirse ciertas mediciones, un poder presidencial provocador muy interesante para volver a equilibrar el juego electoral en la Argentina.
Si bien queda muy clara la distinción entre lo nacional y lo provincial, sigue habiendo dirigentes que amenazan con irse si no hay acuerdo. Parecería que mientra los distritos céntricos (Caba y Prov de Bs. As) registran fuertes discusiones por la posibilidad de aliarse, en el resto de las provincias esta opción es practicamente un hecho.
Lo intersante que tiene al actual juego político es que los partidos nacionales no pueden centralizar y determinar la alianza que va a competir. De hecho, el Frente para la Victoria tiene una alianza de dieciséis partidos provinciales, en donde cada provincia marca diferencia, habiendo lugares donde todo el PJ los apoyo y en otros no. Esto está muy bueno porque pone en escena la complejidad y coordinación que requiere la política argentina.
La disciplina partidaria que vivimos hasta la década de 1990, sucumbió desde el 2001 con la crisis ya conocida a los que los partidos políticos no fueron ajenos. De ahí en adelante se observa la descomposición del calendario electoral – entre otras cosas porque los gobernadores querían resguardarse de la crisis de los partidos – y con ello la división de los comicios, marcando la autonomía electoral de las provincias. Por eso es que este fenómeno confunde, porque es novedoso.
Para que se entienda… lo interesante de la democracia es que es un juego inédito. Esto significa que treinta aí±os es muy poco tiempo en términos históricos y que los partidos están aprendiendo a soportar crisis y a usar recursos que tienen, como la autonomía provincial, que les permita jugar en dos arenas.
Por eso sostengo que lo que está pasando es exactamente al revés de lo que dicen los medios. Hay tanta percepción de turbulencia porque efectivamente Unen está proponiendo un armado a nivel subnacional que va a permitir volver a reestructurar la competencia presidencial en el país.
No hay que olvidar que ahora solo se ve una foto, no la película entera. Con esto, lo que quiero marcar es que recién a mediados del aí±o próximo se conocerá efectivamente la fortaleza real de cada frente o candidato.
Pasando al terreno local… ¿qué opina sobre la posible unificación de los comicios electorales?
Aquí hay que plantear la cuestión desde dos niveles: lo deseable y lo real. Lo ideal sería tener un calendario electoral unificado, donde la gente pueda elegir premiar o castigar con acciones más concretas. Pero, en la realidad, ocurre que la autonomía provincial, y también la municipal ha quebrado el ordenamiento electoral. Confunde la fragmentación.
Ahora bien, si la práctica legalizó esta autonomía que tienen los gobernadores de elegir las fechas, hay que respetarla. Porque manejar arbitrariamente el calendario electoral no es competencia leal y esto pasa en CABA. La clase política argentina tiene que aprender de que las reglas no les pertenece. No son patrimonio de los partidos que gobiernan sino que son bienes públicos. La sanción de la nueva ley de las PASO presenta una ambigí¼edad tal que permite nacionalizar la elección, pero tengo que modificar la ley vigente. No puede que ser que a un aí±o de los comicios no tengamos aún definida la fecha de los comicios. Y esto la ciudadanía lo debe exigir. La falta de cumplimiento es una clara manipulación que afecta la competencia electoral.
Otro elemento muy discutible es la disposición del actual jefe de gobierno a que el precandidato que resulte ganador en las PASO pueda elegir en su fórmula, para las elecciones definitivas, a alguien que enfrentó en las internas. Esto tergiversa la cuestión, restándole importancia a la interna.
Para finalizar, ¿cuál es su precandidato a jefe de gobierno?
Desde el bloque Suma + apoyamos la candidatura de Martín Lousteau de gobierno, porque creemos que es quien intentará poner frenos al conjunto de irregularidades ya comentadas. Insisto en un punto: Hay que convencerse de que no hay que apropiarse de lo público sino que, por el contrario, ser concientes que nuestro lugar es transitorio y que las reglas son un bien público, independientemente de que gusten o no.