Este artículo se propone una síntesis de la actividad de campaí±a electoral registrada hasta el mes de agosto, a un aí±o exacto de realizarse las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Para ello estableceré un conjunto de cuatro grupos, definidos en función de su posición política y peso en el territorio.El primero contiene a los precandidatos del Fpv (Frente para la Victoria). El segundo tiene que ver con los radicales, que en su rol «pactista» arma alianzas en la mira puesta en ganarle al peronismo. El tercer grupo están los idearios de derecha, quienes proclaman una curiosa nueva forma de hacer política con iniciativas de la década del ´90  y el cuarto los partidos de izquierda.
En el primer grupo el precandidato con más peso es Daniel Scioli, a quien algunas consultoras el otorgan el 25% en intención de voto. Hay una lista importante de otros contendientes, entre los que se destaca Florencio Randazzo, pero que al momento no lograría incomodar al actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires.En este espacio, hay dos cuestiones claves que restan por definir. La primera es que la presidenta no decidió apoyar a ninguno en particular, con lo que se infiere que el elegido surgirá inevitablemente de las elecciones internas. Este hecho sería inédito dado que hasta el momento las candidutaras importantes fueron elegidas por la mandataria.  El segundo elemento, es que el oficialismo se enfrenta a un contexto de crisis y entre ellos hubo una pérdida de imagen hacia la presidenta. Cabe recordar que no es la primera vez que ocurre un contexto de crisis (un clima adverso parecido se vivió en el 2008-2009 con el conflicto del campo y la pérdida de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires a manos de De Narvaez). Si bien cuenta con un piso electoral del 30%, hay incertidumbre con la recesión económica y el problema de suspensiones y despidos ante la posible pérdida de sectores obreros, sumado a otras demandas como la inflación y la inseguridad.
Los restantes grupos tienen en común su rol de opositor, pero encierran distintas perspectivas. Por ello es que lo subdivido en tres sectores, que a continuación explicaré.
El primero es de carácter histórico y tiene que ver con el peso tradicional que tiene el radicalismo (más que nada en el interior del país) y su capacidad de alianzas tanto con el Pro como con el socialismo. Sus candidatos fuertes son Cobos y Sanz, y ambos se mostraron favorables a establecer acuerdos. Â Si bien no es algo homogéneo a nivel nacional. El objetivo en común es ganarle al peronismo. Es por ello que en algunos lugares como en CABA y Buenos Aires, pactan con fuerzas de centro de izquierda en lo que se llama UNEN mientras que en otras provincias como Córdoba o Santiago del Estero, acuerdan con el Pro. Si bien se conformó UNEN, para mi modo de ver el peso sigue correspondiendo más a los partidos de donde provienen que al Frente en sí. Las disputas que se dieron en torno a la alianza con el Pro muestra que es un frente que no ha madurado aún no ha madurado con sus criterios propios.
El segundo tipo de oposición se ve fundamentalmente en CABA y Buenos Aires y sus protagonistas son Massa y Macri. Â Si bien no son lo mismo, sí representan ideales de centro, centro-derecha con consignas vinculadas a la inseguridad y no tan de acuerdo con políticas fiscales inclusivas sino más bien, en muchos casos, se plantea una vuelta a los aí±os 90. Este sector se identifica como una «tercera vía», en lo quieren representar una nueva política dejando atrás el binomio peronismo-radicalismo. Como característica particular hay que mencionar que si bien enfatizan un nuevo movimiento, entres sus filas se encuentran dirigentes que pasaron tanto por el peronismo como por el radicalismo. Y también, representar el refugio de aquellos peronistas que están en contra del gobierno.
El tercer tipo de oposición se da en los partidos políticos de izquierda. Aquí a nivel nacional es el FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores) quien tiene alcance en la mayoría de las provincias, mientras que a nivel de las grandes ciudades, hay otras fuerzas que también tienen su electorado que son el MST, Unión Popular o el Frente Patria Grande. En los últimos aí±os la izquierda ha conseguido un mayor caudal de votos. A su vez, su presencia en los conflictos sociales vinculados con las suspensiones y despidos podrían ser valorados por un número mayor de trabajadores. Hay análisis que establecen que hay sectores desencantados con el kirchnerismo que podrían hacer migrar sus votos a la izquierda. El tema aquí es que a grandes rasgos hay dos modelos importantes en puja. Por un lado está la izquierda vinculada con el trostkismo e influencias también leninistas, mientras que por el otro hay una izquierda de carácter popular. Para todos estos sectores sería un desafío enorme poder ir a elecciones internas, y quien resulte ganador que obtenga el apoyo del resto de los partidos. Aquí, a diferencia de los otros grupos, el partido sí tiene incidencia y en ciertas ocasiones la teoría hizo irreconciliables elementos de la práctica. Si se logra superar este obstáculo, la izquierda comenzará a tener un peso más importante que el actual.
A modo de síntesis, se pretende establecer análisis en medio de la marea noticias sobre índices y candidatos. La situación social y económica, cada vez más conflictiva, tendrá su peso a la hora de la preferencia de los electores, y su correcta lectura le hará tomar ventaja a los candidatos en medio de una competencia electoral que promete ser pareja.