Con los resultados de la elección para diputado nacional sobre la mesa, tres de los principales referentes políticos tucumanos analizan su futuro en su fuero íntimo. Voceros del alperovichismo, del canismo y del amayismo aseguran que tienen chances concretas de luchar por la gobernación en 2015. Coinciden en que el panorama se aclarará a partir de marzo de 2014.  Pasó la elección, empiezan las especulaciones La Gaceta Miércoles 30 de octubre de 2013  Faltan más de dos meses para que termine 2013. Pero quienes aparecen hoy como posibles candidatos para competir por la gobernación de Tucumán y la intendencia de la Capital ya están pensando en 2015. ¿Cómo llegar a los comicios provinciales bien posicionados?, es la pregunta que se hacen los estrategas del alperovichismo, del canismo y del amayismo. Con los resultados de los comicios para diputado nacional sobre la mesa, algunos ya comenzaron a idear algunos planes para llegar fortalecidos a esa batalla electoral. Un armador político del Frente para la Victoria (FpV) aseguró que la fortaleza del gobernador, José Alperovich, está en el caudal de votos que consiguió el pasado domingo la lista oficial «Celeste y Blanca-K». Si bien ponderó los más de 400.000 sufragios cosechados en la provincia, también fue consciente de que la obtención de dos bancas (Juan Manzur y Osvaldo Jaldo) implicó no haber cumplido con el objetivo inicial: retener los tres escaí±os (de los cuatro en juego) que había conseguido el FpV hace cuatro aí±os. «Entendemos que, más allá de todo, se avaló la gestión. La gente y los dirigentes de la Capital y del interior respondieron muy bien el domingo. Pero está claro que (el intendente Domingo) Amaya no la sintió propia a esta elección. Por algo no fue a la Casa de Gobierno esa noche», indicó un vocero alperovichista. Y aseveró que las relaciones con ese sector del peronismo son, al menos, tensas. «Se perdió en San Miguel de Tucumán, pero se ganó por muchísimos votos en el resto de la provincia. Eso significa que el alperovichismo no necesita a Amaya para seguir en el Poder Ejecutivo (PE)», dijo el dirigente. En el Salón Blanco, tras conocerse que los candidatos a diputado del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), José Cano y Silvia Elías de Pérez, habían resultado electos, el gobernador dio un discurso en el que felicitó a sus contrincantes y los amayistas tomaron nota de una frase que los dejó preocupados. «Es lo mejor que nos puede pasar en un sistema democrático, una alternancia. Uno necesita oposiciones», apuntó el mandatario en esa ocasión. Un dirigente cercano a la Intendencia consideró que el titular del PE no pronunció la palabra «alternancia» por casualidad. «La volvió a repetir el lunes, cuando habló con la prensa. ¿Por qué no resaltó la continuidad del proyecto? No entendemos», afirmó, preocupado, el referente capitalino. En el alperovichismo sugirieron que esa lectura no es la apropiada. «Está claro que nuestro rival es la UCR. Pero el amayismo está preocupado porque no hizo bien las cosas. Hoy, están prácticamente solos», remarcó el estratega oficialista. A la vez, manifestó que la elección de Jaldo como diputado implicaría una renovación en el gabinete del PE, y que eso podría darle «frescura a la gestión». «A ese lugar debería ocuparlo alguien de esas características (en referencia al ministro del Interior), que tenga consenso peronista y a la vez responda a Casa de Gobierno», opinó la fuente.  Sin reforma ni «re-re» En el amayismo sostienen que sí trabajaron en estos comicios para la dupla Manzur-Jaldo. De todas maneras, también observan a futuro. Sin reforma constitucional ni chances de «re-re», el objetivo lógico del intendente capitalino es la gobernación, sostienen en el peronismo. «Hasta ahora, siempre se respetó y siguió la opinión de la Casa de Gobierno. No hubo confrontaciones. Quizás sea momento de romper el silencio; si no hay diálogo, habrá que diferenciarse. Pero de a poco; y sin agresiones mientras no nos agredan», conjeturó un armador capitalino. Así, el sector que responde al jefe municipal buscará recolectar las adhesiones peronistas contrarias a la gestión provincial. La mira, en todo momento, está en 2015. «Una vez que baje la espuma, volveremos a mostrar la gestión municipal. Será todo discursivo: se apuntará al mensaje que dieron las urnas; al fortalecimiento del peronismo; al diálogo», destacó el vocero. Y aí±adió que también será clave el escenario nacional en el PJ. El alperovichismo, por un lado, tiene a la senadora Beatriz Rojkés en la línea sucesoria de la Presidencia; además, generó buenos lazos con el vicepresidente, Amado Boudou, y con funcionarios K como Julio de Vido, Florencio Randazzo y José López. El amayismo, en tanto, tiene llegada por el lado de Oscar Parrilli y altos dirigentes de La Cámpora. El canismo también tiene sus estrategas pensando en esos comicios. Este sector de la UCR observa como su principal enemigo a Alperovich, y considera que el gobernador sentirá el desgaste del poder en 2015, tras 12 aí±os de gestión en el PE. La apuesta, además, es que con tantos referentes oficialistas en la Legislatura, en las Intendencias y en las comunas rurales sin chances de «re-re», el peronismo llegue dividido. «Para nosotros se abre un escenario muy favorable; si bien perdimos en el mano a mano en el interior, hemos incorporado más votos que la lista oficial», valoró un armador del radicalismo. Además, destacó la intención de sumar a dirigentes jóvenes descontentos con la gestión actual. «Esa gente puede encontrar un espacio para generar propuestas políticas detrás de Cano», opinó la fuente. Y destacó que «es el momento de hablar de acuerdos, no de partidos». Los tres espacios (el alperovichismo, el canismo y el amayismo) coinciden que estos dimes y diretes pueden quedar en el aire. Y en que, desde marzo de 2014, todo se irá aclarando.  El escenario nacional será clave El alperovichismo, el canismo y el amayismo entienden que la contienda electoral en la provincia de 2015 estará condicionada por el escenario nacional. Los peronistas, además de aguardar la decisión respecto a la sucesión presidencial, observarán si el PJ llega unido o separado. En el radicalismo esperan que las alianzas nacionales sean coincidentes (o no excluyan) los pactos locales.