En el 2007 tuve la posibilidad, a través de Argentina Elections y, la Asociación Civil, Democracia Representativa de participar como veedor en las elecciones para gobernador de la Provincia de Santa Fe. Me parece interesante compartir la impresión que tuve del sistema electoral, ya que hoy es el ejemplo en que se sustentaría la reforma política impulsada por el Ejecutivo. Por Javier Tejerizo.
Las elecciones para gobernador de la Provincia de Santa Fe del 2007 estaban signadas por un clima político muy espeso debido a lo reí±ida que se anticipaba que sería, y en la que Hermes Binner (Partido Socialista) y Rafael Bielsa (Frente para la Victoria), principales candidatos, llegaban al día de los comicios separados por una diferencia muy escueta según las encuestadoras. Está situación desemboco en el pedido por parte del socialismo de la presencia de veedores, que fue atendido por la Camara Nacional Electoral a través de la primer veeduría llevada a cabo por una Organización No Gubernamental en una elecciones para gobernador (el único antecedente previo era la veeduría llevada acabo por Democracia Representativa en San Luis, en las elecciones municipales de ese mismo aí±o).
Pero quiero centrarme en las cosas que pude ver en esa elección. Ser veedor implicó mi presencia en una escuela base, en una mesa testigo, para poder ver su organización y el grado de conocimiento de los que participarían, tanto como autoridades de mesa, como de los mismos ciudadanos. Lo que más me sorprendió de Santa Fe, fue el grado de organización con el que contaba cada escuela. Las autoridades de mesa se presentaron todas a horario, así que no hubo necesidad de utilizar suplentes, con la excepción de una mesa en la que el presidente se desmayo, debido a las altas temperaturas del día, pero fue reemplazado de inmediato ya que se contaba como una nomina con los teléfonos de todos, incluso los suplentes. Este nivel de organización se debió en especial a la experiencia previa que habían sido las elecciones primarias de los partidos políticos, en las cuales se había generado mayores dificultades. Las primarias habían permitido que todos los involucrados en las elecciones estuvieran más familiarizados con el proceso, y con los problemas que suelen surgir en el día de la elección, la mayoría por falta de información de la gente o de las mismas autoridades o problemas con el padrón. Asimismo la relación entre los encargados de fiscalizar y las distintas autoridades, era más familiar, lo que hacia el ambiente más ameno.
Obviamente, esto es una generalización, ya que también me encontré con autoridades de mesa que no demostraban conocimiento de la tarea que tenían asignada, pero me parece importante recalcar que eran una minoría. Además, al hacer la recorrida por las distintas escuelas de mi zona de trabajo, el panorama que encontré fue muy similar. Esta tendencia se repitió en los informes y charlas informales que pude mantener con el resto de los veedores que fueron distribuidos por el resto de la Provincia.
Este panorama puede ser muy superficial, lo sé, pero eso no le quita ningún tipo de merito; también queda claro, que no puedo realizar una comparación con una experiencia previa, que me permita constatar las mejoras; pero, al análisis que se lleve a cabo para realizar la tan promocionada reforma política, que incluiría una reforma del sistema electoral y de partidos, no debe escapársele ningún foco de atención; por lo que la experiencia tangible y más inmediata, se vuelve también importantísima.
No me detendré a hacer un análisis pormenorizado del sistema santafecino, para eso ya contamos con el realizado por la Licenciada en Ciencia Política, Carolina Cornejo; pero
Sería más que interesante que nuestros lectores de Santa Fe pudiesen enriquecernos con su experiencia al votar y sus opiniones sobre el sistema que ellos viven.