Argentina Elections realiza una encuesta a diversos académicos sobre los recientes comicios nacionales y la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Presentamos hoy la entrevista a Miguel De Luca quien, en referencia al sistema partidario, afirma: «en el futuro más cercano un panorama con un PJ como principal partido y una oposición débil es el escenario más probable.» Por Hugo Passarello Luna
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La era CFK
Con el objeto de proveer una perspectiva académica en vistas de los resultados de las elecciones de Octubre de 2007, Argentina Elections envió una encuesta (1) a reconocidos especialistas políticos en Argentina. El cuestionario giró en torno a tres ejes: el sistema electoral y político en vistas de las últimas elecciones, el sistema partidario argentino y la futura gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Participan en esta serie de entrevistas varios expertos de universidades y centros de estudios tanto de Argentina como de otros países. En esta oportunidad les presentamos la entrevista al Dr. Miguel De Luca.
En las próximas semanas compartiremos las respuestas de otros entrevistados.
Serie anterior: Sobre el significado y relevancia historia y política de las elecciones de Octubre de 2004 Argentine Elections realizó una serie similar en el período previo a las elecciones nacionales del 28 de octubre del 2007. Del mismo participaron reconocidos políticos y especialistas en Argentina, tanto del exterior como del país.Puede ver esa serie accediendo a este enlace
(1) Entendemos como encuesta, “un conjunto de preguntas tipificadas dirigidas a una muestra representativa, para averiguar estados de opinión o diversas cuestiones de hecho.†(Real Academia Espaí±ola)
Miguel De Luca
Miguel De Luca es politólogo graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Magister Scientiarum en Administración Pública (UBA) y doctor en Ciencia Política en la Universidad de Florencia, Italia. Se ha desempeí±ado como consultor para organismos internacionales, legisladores nacionales y provinciales y organizaciones no gubernamentales en cuestiones de reforma institucional, procesos de gobierno, régimen electoral y partidos políticos. Es investigador de carrera en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y autor de numerosos papers, artículos en revistas científicas y capítulos de libro sobre temas de su especialidad, publicados tanto en el país como en el exterior. Ha sido docente en la Escuela Nacional de Gobierno del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) y en el Instituto Nacional de Capacitación de Dirigentes Políticos y Sociales (INCAP) dependiente del Ministerio del Interior. En la actualidad es Profesor Adjunto Regular en la asignatura Teoría del Estado en la Facultad de Derecho (UBA) e investigador en el Instituto Gino Germani (UBA), donde dirige el proyecto S045 “Instituciones de gobierno, partidos políticos y representación electoral en la Ciudad de Buenos Aires (1983-2003)â€. Recientemente ha publicado junto con Luis Aznar el libro Política, cuestiones y problemas (Ariel, 2006, y en segunda edición aumentada y revisada, Emecé 2007).
Sistema Electoral y Político
Estas últimas elecciones recibieron el voto del 71.81% del electorado (alrededor de 7 millones de personas no se presentaron a votar). Este es el porcentaje más bajo desde el retorno de la democracia en 1983. Asimismo, hubo una enorme deserción de los ciudadanos llamados a ser autoridades de mesa. Y el día mismo de los comicios demostró ser un desafío logístico obligando a muchos ciudadanos a esperar horas para poder votar.
En vistas de estos sucesos, ¿Qué cambios cree necesita el sistema electoral y político para encarar este nuevo escenario?
La pregunta incluye varios temas que no están necesariamente vinculados, a saber: el declive en la participación electoral, la deserción de autoridades de mesa, y la desorganización en la administración de las elecciones, por lo que resulta conveniente una respuesta por separado.
Aunque leve, el descenso en la concurrencia a las urnas es un fenómeno que afecta no sólo a nuestro país, sino a varias de las democracias más avanzadas. En términos generales, este declive está vinculado con niveles crecientes de apatía cívica, descreimiento de la ciudadanía y crisis de legitimidad de las instituciones democráticas. En el caso de nuestro país, se suman otros dos factores, uno de largo plazo y otro coyuntural. El primero es que al ser tanto un derecho como una obligación, la concurrencia a las urnas en la Argentina está fuertemente ligada a la decisión y capacidad de las autoridades gubernamentales de controlar y castigar efectivamente el ausentismo electoral. Desde hace varios comicios se registra un significativo relajamiento de las instancias de control y punición y, por tanto, esto se refleja a su vez en niveles crecientes de deserción de los votantes. En otras palabras, el voto obligatorio ha pasado a ser más una expresión formal que una situación real.
El segundo factor, el coyuntural, es que estas elecciones fueron las menos reí±idas o disputadas desde el regreso de la democracia en 1983. Prácticamente estaba descartada la victoria de la candidata oficialista y ese triunfo anunciado con bastante anticipación por los medios masivos de comunicación y percibido como tal por los principales actores políticos, terminó desmovilizando al electorado menos proclive a votar.
En cuanto a la deserción de las autoridades de mesa, ésta sólo fue significativa en la ciudad de Buenos Aires y en algunas localidades del Gran Buenos Aires, con lo que el fenómeno estuvo bastante limitado. Así y todo, esta defección condicionó el desarrollo del comicio. En este caso, me parecen convenientes las siguientes medidas:
a) significativa mejora en la retribución para las autoridades de mesa (o mejoras en las compensaciones equivalentes en el caso de empleados públicos);
b) capacitación domiciliaria de las autoridades de mesa durante un período de tiempo suficiente y con la debida y necesaria antelación;
c) pena efectiva para quienes sin justificación eludan su deber como autoridades de mesa. Por otra parte, seí±alo mis reservas con respecto a propuestas de reforma presentadas como panacea o como “soluciones mágicasâ€. Me refiero específicamente al voto electrónico.
Partidos Políticos
Los comicios del 28 de octubre del 2007 mostraron un escenario donde las alianzas partidarias fueron la regla. Ninguno de los dos tradicionales partidos (la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista) se presentaron como tales sino junto a diversas alianzas. ¿Cómo observa el futuro del sistema partidario en Argentina?
La conformación de alianzas o coaliciones no es una novedad en la política argentina. La misma UCR conformó con el FREPASO una coalición -la Alianza- en 1999, mientras que el peronismo ha sido desde siempre propenso al armado de frentes electorales que tenían a este partido como pivote y fuerza principal. En este sentido, resulta necesario sopesar la naturaleza y dimensión de los cambios manteniéndose atento a aquello que permanece constante.
En cuanto al futuro del sistema partidario, al justicialismo se le presenta un horizonte sin mayores dificultades, ya que en las últimas elecciones ha conservado su caudal histórico de votos. En cambio, en el espacio “no peronistaâ€, la situación es por demás compleja y para nada alentadora. La UCR atraviesa una profunda crisis y las terceras opciones (ARI y PRO) carecen por el momento de una estructura organizativa y de un implante territorial capaz de desafiar al PJ. A su vez, resulta hasta el momento bastante difícil que estos partidos se unan para competir contra el PJ. Por otra parte, las reglas y las prácticas electorales suelen actuar como amortiguadoras de cambios bruscos, por lo que en el futuro más cercano un panorama con un PJ como principal partido y una oposición débil es el escenario más probable.
Gestión de CFK
Con la asunción de la nueva presidente y de todo su gabinete ¿Como observa que serán los primeros dos aí±os de la gestión de CFK? Sus desafíos, sus prioridades, etc.
La composición del nuevo gabinete y las primeras medidas adoptadas por la gestión de CFK ratifican la dirección adoptada por el gobierno de Néstor Kirchner. No se registran hasta el momento cambios de ninguna índole y tampoco habría que esperarlos en el corto plazo dada la ratificación de la gran mayoría de los funcionarios del gobierno anterior. Los principales desafíos: controlar la inflación, mejorar la distribución del ingreso, encarar una reforma del sistema impositivo.