Conozca en esta nota de Clarín los distritos que concentran el 70% de los votos
FRUTO DE LA CONCENTRACION DEMOGRAFICA Y DEL TRAZADO ECONOMICO DEL PAIS
Más del 70% de votos saldrán de apenas cinco distritos en todo el país
Son la Capital, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, que definen el resultado electoral.
Por Carlos Eichelbaum
Clarín
Resultado político-demográfico más ostensible -y también factor de reproducción eterna- del modelo de Argentina construido desde sus orígenes, la gran masa poblacional del país, y por lo tanto de electores, se concentra en 5 provincias. Desde la reforma constitucional de 1994, cuando además de la reelección se reemplazó por la elección directa el sistema indirecto por Colegio Electoral que repartía más las cargas, nadie gana una elección presidencial si no consigue hegemonizar, o por lo menos disputar en paridad, el voto de los padrones de esas cinco provincias.
El próximo 28 también ganará el candidato o la candidata que prevalezca, en promedio, en la provincia de Buenos Aires, en la Capital Federal, en Santa Fe, en Córdoba, en Entre Ríos con el agregado, la excepción geográfica, de la cuyana provincia de Mendoza.
No hay casualidad, por ejemplo, en el hecho de que Cristina Kirchner haya direccionado sus esfuerzos de campaña de las últimas horas -con sustos aeronáuticos incluidos- hacia Córdoba y Santa Fe. Ni en que tanto ella como casi todos los demás candidatos tengan al territorio bonaerense como el objeto de visita más frecuente en los últimos días previos a la elección del 28.
En su encuesta de intención de voto más reciente, la consultora Equis, de Artemio López, incluye una precisión sobre el peso político de cada distrito electoral del país según el porcentaje de votos positivos que aportan.
La suma de los aportes de la provincia de Buenos Aires dividida en conurbano (23) e interior (15,1); la Capital Federal (10,6 por ciento); Santa Fe (9); Córdoba (8,8) y Mendoza (4) llega al 70,5 por ciento del total de los votos positivos de la última elección presidencial, llevada a cabo en 2003.
Los Kirchner, quienes ejercieron una larga hegemonía política en una provincia, como Santa Cruz, de las más imperceptibles en ese rubro del peso relativo en el aporte de votos positivos en una elección presidencial (0,5 por ciento), tienen reiteradas vivencias -negativas y positivas- y una clara conciencia de la necesidad estratégica, casi excluyente, de asegurar votos en los 5 distritos centrales.
Cuando los dos participaron como constituyentes en la Asamblea de Santa Fe, en 1994, ocuparon los papeles protagónicos en las discusiones de los temas federales de la reforma, hasta el punto de que se les puede atribuir el logro que determinó para las provincias chicas trasladar la, finalmente nunca dada, discusión de una nueva ley de coparticipación federal de ingresos de la Cámara de Diputados -la que por definición inicia el tratamiento de cualquier tema impositivo y en la que la representación refleja el peso electoral de cada distrito- a la de Senadores, en la que todas las provincias, sin importar su tamaño ni volumen de padrón, están representadas por tres senadores.
Dato mucho más determinante todavía, Néstor Kirchner pudo llegar a la Presidencia, en 2003, tras la alquimia electoral impuesta por Eduardo Duhalde, gracias a que el fornido aparato de recolección de votos que manejaba el presidente saliente en la provincia de Buenos Aires le alcanzó para quedar sólo 2 puntos porcentuales por detrás de la votación largamente superior obtenida por Carlos Menem en casi todo el resto del país.
Menem había conseguido poco más del 24 por ciento de los votos en aquel comicio, y Kirchner poco más del 22 para ganar el derecho a disputar la segunda vuelta, que no fue porque el riojano sabía que su cosecha de la primera vuelta era también su techo de intención de voto y prefirió abandonar. Pero en la primera vuelta Menem consiguió más votos que Kirchner en casi todo el país, pero en la provincia de Buenos Aires quedó 400 mil votos por debajo del entonces pupilo de Duhalde. Kirchner había alcanzado el 25,72 por ciento de los votos, contra un 20,40 de Menem en el distrito que aportó por sí solo el 38,1 por ciento de los sufragios positivos en la contienda.