Lo hizo ante la AEA, Asociación Empresaria Argentina, en un acto realizado en el Plaza Hotel. Esta medida y otras como incentivos para las inversiones privadas serían importantes en su plan económico de gobierno y favorecerían al sector empresarial. En un diálogo con los miembros de la asociación, no dejó de criticar el cambio de rumbo en la estrategia económica del gobierno, cuando él fué expulsado del gabinete y mencionó también los problemas de inflación.
Ante los empresarios, Lavagna prometió una suba gradual del dólar
Clarin
17 de Octubre
Roberto Lavagna se sintió ayer en su salsa al exponer los ejes centrales de su propuesta económica ante un selecto núcleo de empresarios nacionales. La suba gradual del dólar y una batería de medidas para incentivar la inversión privada fueron dos de las promesas con las que intentó endulzar el oído de los integrantes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), en el Plaza Hotel.
«Las oportunidades no abundan y el Gobierno las está perdiendo», arrancó el ex ministro, para que no quedaran dudas del perfil opositor de su mensaje. «El rumbo se perdió a finales del 2005, con el cambio de Gabinete», argumentó, aludiendo al momento en que el Presidente le quitó el timón de Economía.
El presidente de AEA, Luis Pagani (de Arcor) lo recibió con los brazos abiertos. «En la peor de las crisis supo enderezar la economía», lo presentó. Hasta cometió un «blooper» y lo llamó «ministro». Aunque el final fue menos complaciente: a Lavagna lo «atacaron» con preguntas picantes sobre la inflación, tarifas, inversión y tipo de cambio.
«Hay que sincerar los precios relativos y el tipo de cambio, que se derrumbó por efecto de la inflación», sostuvo. Y explicó que «me conocen y saben que soy enemigo de las políticas de shock, pero vamos hacia un dólar más alto y competitivo».
Le preguntaron cómo frenaría la inflación. «Con más inversiones», contestó. «Las inversiones las ponemos nosotros. í‚¿Usted que haría desde el Gobierno?», le retrucaron. «í‚¿Le parece poco la exención de impuestos para las Pymes y la simplificación de los aportes patronales que permitirá blanquear a los trabajadores informales?», replicó Lavagna, al machacar con dos de los proyectos que acababa de mencionar.
Testigos de ese inesperado pimpón fueron el supermercadista Alfredo Coto, los constructores Benito Roggio y José Cartellone, además de Héctor Magnetto (Grupo Clarín) y Julio Saguier (diario La Nación), entre otros.
La entidad empresaria viene realizando encuentros con los diferentes candidatos presidenciales y cuando le tocó el turno a Cristina Kirchner lo que más llamó la atención de los presentes fue su encendida defensa del índice inflacionario.
Lavagna aprovechó para machacar en ese costado, uno de los caballitos de batalla de su campaña. «Mi primera medida de gobierno será reincorporar a todos los técnicos desplazados del INDEC», dijo. Y desechó las mediciones de ese organismo cuando planteó el combate a la pobreza.
Para Lavagna, el Gobierno aplica una «política patovica»
Gustavo Ybarra
La nación
17 de Octubre
El candidato de UNA cuestionó así ante empresarios los acuerdos de precios
Después de haber mostrado la semana pasada su faceta descontracturada, jugando al pool y sirviendo cerveza en un after office con jóvenes empleados de cuello blanco, Roberto Lavagna volvió ayer al ámbito que mejor le sienta al exponer ante la poderosa Asociación Empresaria Argentina (AEA) sus planes en materia económica en el caso de llegar a la presidencia.
El candidato de la coalición Una Nación Avanzada (UNA) habló y respondió las consultas ante un auditorio de 30 empresarios en el que se notó un cierto aire de cotidianidad en el trato, producto de su paso por la cartera de Hacienda. Tanto fue así que Lavagna fue llamado «ministro» por el titular de AEA, Luis Pagani, cuando el dueño de Arcor le formuló una de las siete preguntas que debió contestar.
En su paso por uno de los amplios salones del Hotel Plaza, el ex ministro de Economía trazó un panorama económico complejo pero al mismo tiempo optimista al afirmar que si se decidió a disputar la presidencia de la Nación, fue debido a que es un convencido «de que se puede» salir del contexto actual, que -dijo- «presenta signos de preocupación», aunque lo ubicó «lejos de la situación de 2001».
Según Lavagna, la administración de Néstor Kirchner «está perdiendo la oportunidad» de evitar una crisis profunda, porque «ha dejado de gobernar en función del interés general para hacerlo en función de sus propios intereses y de su propia continuidad». Es más, describió la actual política económica como una «dinámica de poner parches, maquillajes, y de hacer operaciones de prensa, que en términos económicos no tienen ningún efecto».
Como no podía ser de otra manera, una de las primeras preocupaciones expresadas por los empresarios fue conocer cómo hará el candidato para combatir la inflación. «Aumentando la inversión, no con la política patovica de este gobierno que los obliga a ustedes a aplaudir», afirmó en clara alusión a los acuerdos sectoriales de control de precios.
También rechazó la aplicación de «recetas monetaristas ortodoxas, porque en una sociedad con diez millones de pobres no se puede enfriar la economía».
Ante otra pregunta, Lavagna admitió que debe haber «un sinceramiento de tarifas», aunque se manifestó en contra de hacerlo mediante «una política de shock», sino que «debe ser progresivo». Es más, mostrando total sintonía con su compañero de fórmula, el senador radical Gerardo Morales, estimó vital imponer «una tarifa social», porque hay «una parte de la sociedad que no podrá afrontar» esos ajustes.
También habló de retenciones («ya no se debería hablar más de eso», dijo) y apoyó un tipo de cambio «competitivo, relativamente alto».
Lavagna compartió la mesa principal del encuentro con José Cartellone, Héctor Magnetto, Alfredo Coto y Aldo Roggio y Pagani, quien en el discurso de apertura elogió al candidato: «Le tocó venir a la Argentina en un momento muy difícil y supo enderezar la economía. Los argentinos y los empresarios le debemos mucho a usted».