En el marco de la sexta conferencia patrocinada por el Observatorio Político Electoral disertaron tres reconocidos analistas políticos. Así se prefigura el escenario electoral presidencial 2007, según Isidoro Cheresky, Edgardo Mocca y Eduardo Fidanza. Por Yanina Bocanera
Bajo el sugestivo título Elecciones 2007: Aproximaciones a la escena electoral nacional auspiciado por el Observatorio Político Electoral se reunieron tres destacados exponentes de las ciencias sociales en un debate que giró en torno a varios ejes. Entre ellos, las dificultades que supone analizar el escenario electoral actual de cara a las presidenciales de Octubre, la profundización de la fragmentación partidaria, y la delineación de claves que nos permitan comprender el rol entre oficialismo y oposición. Los tres coincidieron en puntualizar que existe cierto desconcierto, cierta perplejidad ante el desarrollo de la política actual y enfatizaron la necesidad de que la política vuelva a convertirse en un espacio disputado por un sistema de partidos más consolidado.
El Dr. Isidoro Cheresky inauguró la disertación señalando que existe un í¢â‚¬Å“gran déficit en el debate público en la Argentinaí¢â‚¬Â acerca del tratamiento de estos temas y que í¢â‚¬Å“hay una responsabilidad por parte de los dedicamos a estoí¢â‚¬Â de contribuir de alguna manera a la discusión de ideas.
Su exposición comenzó sosteniendo que de acuerdo a la configuración política nacional del año 2007 pueden realizarse dos observaciones. La primera remite a los obstáculos que supone el análisis de dicho escenario. Según Cheresky, luego de la crisis económica e institucional de los años 2001 y 2002 en la Argentina, las elecciones presidenciales del 2003 actuaron como un vehículo de politización. En el momento actual asistimos a un restablecimiento de la autoridad presidencial bajo la cual se sucedieron cuatro años de excepcionalidad a causa de la escasa oposición í¢â‚¬â€œ sólo presente en la expresión de ciertos movimientos sociales como han sido los ambientalistas-.
Al estudiar el escenario preelectoral sostiene que í¢â‚¬Å“hay una gran dificultad de reconocer la diferenciación políticaí¢â‚¬Â entre los diversos candidatos a la presidencia. La candidata oficialista realiza su campaña prácticamente en el exterior porque sabe que mantiene el caudal de votos que actualmente cosecha en un marco de poco entusiasmo oficialista. La oposición, por su parte, tampoco logra instalar una diferenciación sustantiva.
En las últimas mediciones la figura presidencial junto con la de la candidata Cristina Kirchner muestra una tendencia declinante en comparación con años anteriores, lo que í¢â‚¬Å“nos demuestra que existe un cierto malestar ciudadano que no ha sabido ser capitalizado por la oposicióní¢â‚¬Â.
El segundo punto al que Cheresky hace mención es al extraordinario grado de fragmentación de las candidaturas. Este escenario fue adelantado por las elecciones provinciales que depararon una serie de sorpresas significativas. Asistimos así a una profunda disociación entre lo nacional y lo provincial con alianzas entre partidos a nivel provincial que luego se presentan como rivales en la arena política nacional. Predomina entonces, de acuerdo a Cheresky, una lógica de popularidad en donde una de las estrategias más comunes es sumarse a aquél que es la estrella del momento para obtener una victoria electoral.
Eduardo Fidanza, por su parte, declaró sentirse perplejo ante el desarrollo de la política argentina contemporánea, pues encuentra que es muy difícil realizar una evaluación seria de la realidad si no pueden observarse siquiera mínimas regularidades en lo político institucional de nuestro país. En este sentido el propone evaluar a los últimos 24 años de democracia a partir de tres etapas. La primera corresponde a lo que él denomina í¢â‚¬Å“monogamiaí¢â‚¬Â y va desde el año 1983 a 1994. Este período se caracteriza por poseer un bipartidismo en el cual los dos grandes partidos históricos, con afiliaciones masivas como fueron el Partido Justicialista y el Partido Radical, poseen además cierta identificación con el electorado.
El segundo período comprende los años 1995 y 2001 y es llamado í¢â‚¬Å“la poligamiaí¢â‚¬Â. Aquí es cuando los actores políticos comienzan a darse cuenta de que existen otras posibilidades, otra forma de concebir a las coaliciones y así es como surge la Alianza.
El último período desde 2002 hasta la actualidad es la denominada í¢â‚¬Å“orgíaí¢â‚¬Â, en palabras de Fidanza, en el cual la fragmentación de los partidos alcanza límites inimaginables. Mientras la primera y la segunda de estas etapas giran en torno a ciertos principios, ciertos contratos identificables que permiten un margen de previsibilidad y de análisis para las ciencias sociales, en el tercero esto se torna imposible. El analista sostiene que estamos í¢â‚¬Å“en un punto difícilí¢â‚¬Â en donde todos los actores, dictados casi exclusivamente en ganar votos forma coaliciones instantáneas sin contenido ni significado sustantivo alguno.
En relación al escenario preelectoral de las elecciones 2007, Fidanza señala que hay una alta probabilidad de que gane la candidata oficialista Cristina Kirchner en la primera vuelta. Esto se debe, entre otras razones y principalmente, a la mejora económica percibida por la población en relación a la crisis del 2001/02, pues aunque existan altos índices de inflación, la mejora sigue pesando más a la hora de elegir al candidato. En segundo lugar sostiene, en consonancia con Cheresky, que la restauración presidencial lograda por Néstor Kirchner también juega a favor del oficialismo aunque en bastante menor medida que la mejora económica. Y por último, también la fragmentación de la oposición contribuye a incrementar el caudal electoral de la actual senadora.
Edgardo Mocca, en cambio, centrará su análisis más en el escenario post Octubre que en la configuración preelectoral, ya que él da casi por sentado el triunfo del oficialismo. En este sentido señala que, a diferencia de otros países de la región como Bolivia o Venezuela, la crisis argentina no supuso un derrumbamiento político que permitiera un recambio efectivo de las autoridades o una redefinición de la carta constitucional. Somos, en sus palabras, í¢â‚¬Å“un sistema híbridoí¢â‚¬Â entre aquellos países cuyo sistema de partidos ha colapsado permitiendo una renovación y aquellos que conservan aún un sistema de partidos más estructurado como es el caso de Chile o Uruguay.
Como no es posible definir cuál será el escenario post electoral en términos de partidos o coaliciones, él señala cuáles son a su entender, los actores que primarán durante al menos los próximos dos años hasta las siguientes elecciones legislativas de 2009. Ellos son Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Daniel Scioli, Hermes Binner, lo que él denomina í¢â‚¬Å“la liga de gobernadores justicialistasí¢â‚¬Ây Elisa Carrió o Roberto Lavagna, en el caso de que alguno de los dos alcance una diferencia significativa respecto del otro.
En conclusión, un período caracterizado por la fragmentación partidaria ligada a una escasa diferenciación entre los diferentes candidatos augura al menos un período de incertidumbre y creciente personalización de la política en el cual el papel del oficialismo peronista en el futuro del desarrollo político de la Argentina se presenta como clave.
Para saber más:
í‚¿Qué es el Observatorio Político Electoral ?
El Observatorio Político Electoral es un espacio para el debate político, cuyo objetivo es promover el análisis y discusión sobre los procesos electorales en Argentina. Declarado de interés académico por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, el Observatorio es un esfuerzo conjunto del equipo de investigación «Las Nuevas Formas Políticas», dirigido por Isidoro Cheresky, con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani; el Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (CEPES), dirigido por Carlos «Chacho» ílvarez; y el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, dirigido por Rosendo Fraga.
Durante los meses de abril y agosto se ha realizado una serie de conferencias en los distritos de ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza, convocando a candidatos, referentes políticos, periodistas, académicos y analistas de opinión, a fin de debatir sobre la coyuntura política nacional y las características de los escenarios políticos provinciales y locales.
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