Demostración de fuerza del PJ rebelde

Pedido de intervención del peronismo bonaerense


La Nación
5 de Agosto de 2007
El peronismo disidente no se rinde. Reunido ayer en un nuevo congreso, la primera lí­nea del PJ anti-K pidió «la inmediata intervención» del Partido Justicialista bonaerense y llamó a iniciar su «refundación polí­tica».
Mientras dirimen internas y definen la ingenierí­a electoral para las elecciones de octubre, los peronistas rebeldes aprovecharon el encuentro de ayer para criticar duramente al oficialismo y coquetear con un eventual apoyo a la postulación bonaerense de Juan Carlos Blumberg, presente en el acto.
Pocos minutos después de las 14, el ex presidente Adolfo Rodrí­guez Saá les habló a los convocados en el estadio de básquetbol de Boca Juniors, La Bombonerita, y calificó el encuentro de «cabildo abierto», un «momento refundacional» y el comienzo de «una nueva etapa del peronismo».
Ante unos 2000 dirigentes, Rodrí­guez Saá pidió «intervenir» el peronismo del distrito bonaerense, «convocar a elecciones internas» y «depurar» las listas del partido.
En el palco, además de Rodrí­guez Saá, estuvieron, entre otros, su hermano, el gobernador de San Luis, Alberto Rodrí­guez Saá; el ex gobernador de Misiones Ramón Puerta; el mandatario de Neuquén y precandidato a presidente, Jorge Sobisch; el ex legislador Eduardo Menem, y el postulante a gobernador bonaerense Juan Carlos Blumberg.
De hecho, Blumberg ayer envió una fuerte señal de respaldo y no descartó la posibilidad de ser el candidato de la fuerza. «Escucho ofertas», dijo.
El gran ausente fue el ex presidente Carlos Menem, de campaña en La Rioja, donde quiere ser gobernador.
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í¢â‚¬Å“Qué porquerí­a, los peronistasí¢â‚¬Â
Con la candidatura de CFK reverdeció un antiperonismo tan violento como no se habí­a visto en medio siglo. La atroz intimidad de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares ayuda a entender ese mecanismo, en el que el odio prevalece sobre el humor y que sumió al paí­s en el espanto. El apoyo a los fusilamientos de 1956 y la abominación por cualquier manifestación popular, desde José Hernández o Gardel hasta Pascual Pérez, í¢â‚¬Å“ese peronista inmundoí¢â‚¬Â.
Página 12
5 de Agosto de 2007
Por Horacio Verbitsky
Un brote de intemperancia como no se conoció en el paí­s en medio siglo saludó el lanzamiento de la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, quien en su primer discurso proselitista dijo que se identificaba con la Evita del puño crispado y el rodete y no con el hada buena que amaba su madre. La semana pasada, al cumplirse 55 años de su muerte, Eva Perón fue presentada como una mujer que, debido a su pasión por Perón y por los humildes, recibió el desprecio de ciertos de sus contemporáneos. En algunos casos esos ditirambos fueron pronunciados por personas que hoy no pueden sacar la vista del reloj, el atuendo o la cartera de CFK y que se indignan al hablar de ella, del presidente Néstor Kirchner o del secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Los capí­tulos del diario de Adolfo Bioy Casares dedicados a su colega y amigo Jorge Luis Borges (1) constituyen un material interesante para estudiar los mecanismos irracionales del odio que la oligarquí­a argentina y las clases medias que se identificaban con ella sentí­an por todo lo que tuviera que ver con el ex presidente Juan Perón. Es apabullante el contraste con la sutileza y el humor delicioso con que ambos grandes escritores tocan casi todos los demás temas.
Del humor al rencor
Como el libro tiene más de mil seiscientas páginas, esta reseña sólo irá desde la primera referencia registrada, hasta las elecciones que llevaron a la presidencia a Arturo Frondizi, con el apoyo de Perón. En los primeros años la ironí­a aún prevalece sobre el rencor. El jueves 3 de julio de 1952, Borges recuerda con sorna la frase de un personaje mí­tico de estas páginas, la señora Bibiloni de Bullrich: í¢â‚¬Å“A mí­ no me gustan, pero yo soy tan inteligente que he descubierto que conviene estar bien con los peronistasí¢â‚¬Â. Por entonces aún podí­an reí­rse de algunas actitudes de la oposición. El 20 de junio de 1953 Borges se burla de una señora que í¢â‚¬Å“duerme con rimmel, porque teme que la policí­a llegue a detenerla y quiere estar preparada: ella sin rimmel pierde la personalidadí¢â‚¬Â y se pregunta si í¢â‚¬Å“lo habrá dicho en broma o en serioí¢â‚¬Â. El mismo dí­a cuenta que la señora Bibiloni de Bullrich encontró un departamento í¢â‚¬Å“precioso, de buen gusto y mucho más cómodo que el que tenemos. Con una vista maravillosa, con sol, con todo lo que usted puede pedir. Pero yo le dije a mi marido que no podí­a consentir el cambio. El departamento elegido era más chico que el nuestro. Mudarse hubiera sido reducirnos. Una mujer como yo no puede aceptar eso. No sólo por el respeto que me inspiro yo misma, sino por mis hijos, por lo que debo a mi clase. Que yo me redujera serí­a sentido como una derrota de la clase que represento, y usted comprende, en estos momentos hay que tener mucho cuidadoí¢â‚¬Â. (La novelista Luisa Valenzuela, cuya madre Luisa Mercedes Levinson fue amiga de Borges y Bioy, sostiene que la señora Bibiloni de Bullrich existió y no es otro personaje de Borges y Bioy. Pese a ello, conviene suspender el juicio hasta disponer de una evidencia documental.)
Rechinar de dientes
Pero cuando la Universidad de Puerto Rico le encarga la traducción de la Divina Comedia, Borges comenta que mientras, aquí­ sólo í¢â‚¬Å“las personas más valientes, que osan distraerse del tema único, ensayan una monografí­a sobre La Bolsa de Julián Martel y están muertos de miedo y se oye el ruido de los dientes; los demás trabajan ceñidos a la actualidad polí­tica y tienen más miedo todaví­aí¢â‚¬Â. El domingo 26 de junio de 1955 Borges cuenta que ver las iglesias incendiadas le dio ganas de llorar. Pero no hay una palabra en el diario para el bombardeo sobre la Plaza de Mayo en el que murieron miles de personas. El domingo 3 de julio, Borges cuenta la historia de una amiga que entró tres veces en la iglesia de San Nicolás de Bari, para salvar reliquias. í¢â‚¬Å“En la calle, un público abundante y silencioso, tres individuos que insultaban la Iglesia; en la vereda, unos hombre y mujeres, como borrachos, que bailaban disfrazados con sotanas, casullas y mitras; adentro, los incendiarios. De pronto Celia siente que debe salvar las reliquias.í¢â‚¬Â La tercera vez se asustó: í¢â‚¬Å“Hombres con impermeables, con armas en la mano, la maltrataron de palabra. Pensó: í¢â‚¬ËœSi miro las armas estoy perdidaí¢â‚¬â„¢. Los miró a los ojos y les hizo frente. En todo ese rescate de imágenes la ayudó un muchacho peronista, de la Fundación. Meses antes, éste habí­a participado en el incendio del Jockey Club: en un cajón habí­an encontrado dinero; empezaron a llenarse los bolsillos; uno dijo: í¢â‚¬ËœNo, no queremos la plata de los oligarcasí¢â‚¬â„¢; sacó un fósforo y quemaron el dineroí¢â‚¬Â. Al mes siguiente Borges se niega a firmar un manifiesto de adhesión al testamento de Albert Einstein, publicado por Bertand Russell, pidiendo la supresión de las armas atómicas, que le habí­a entregado Victoria Ocampo. í¢â‚¬Å“En estos momentos, salir con un manifiesto sobre polí­tica internacional, parece de una gran insensibilidad e indiferencia sobre lo que pasa en el paí­s. Es como si en una casa alguien estuviera muriendo y los allegados del moribundo estuvieran preocupados con una epidemia en Málaga. Sur va a parecer muy aloof [distante]. Será una vergí¼enza, pero yo hoy estoy más interesado en el peronismo que en el comunismo.í¢â‚¬Â
Rojas sí­, nazis no
El jueves 15 de septiembre de 1955, ambos hacen conjeturas sobre el alzamiento militar, í¢â‚¬Å“procurando no dejarnos arrastrar por la ilusión, aunque ésta vez parece que es de verasí¢â‚¬Â. El 12 de octubre leen en Marcha, de Montevideo, la publicación del cuento La fiesta del monstruo, que firmaron como Bustos Domecq. En esta reescritura antiperonista de El Matadero de Echeverrí­a, una turba abominable lapida hasta la muerte a un estudiante judí­o que se niega a saludar a la foto del Monstruo. (Durante la década peronista no hubo actos de hostilidad hacia los judí­os, Perón fue el primer presidente que tuvo judí­os en su gabinete, apoyó a una organización judí­a pro peronista e inauguró las relaciones diplomáticas con Israel, mientras en las páginas del libro abundan las frases y chistes antisemitas, que Borges cuenta en presencia de amigos judí­os y luego le sorprende que en vez de reí­r se entristezcan.)
El 18 de octubre de 1955, Lonardi informó a Borges que lo habí­a nombrado director de la Biblioteca Nacional; í¢â‚¬Å“la alegrí­a de Borges era sin matices; no podí­a uno hablar de otra cosa, porque parecí­a inoportunoí¢â‚¬Â. Borges habí­a sido trasladado de su empleo en la Biblioteca a una feria de aves por el ex presidente militar Edelmiro Farrell, del que Perón fue vicepresidente en 1944. El 13 de noviembre, mientras se desarrolla la crisis que concluirá con el reemplazo de Lonardi por el general Pedro Eugenio Aramburu, Sábato invita a Borges y a Bioy a acompañarlo al diario El Mundo en busca de noticias. Al salir, í¢â‚¬Å“recorremos el centro, gritamos: í¢â‚¬ËœRojas sí­, nazis noí¢â‚¬â„¢, vemos a aliancistas que gritan í¢â‚¬Ëœí‚¡Viva Lonardi!í¢â‚¬â„¢. El 1킺 de diciembre, en la Casa del Escritor, í¢â‚¬Å“Borges explica que Perón no defendí­a al pueblo, que la Revolución no es un zarpazo de terratenientes y de obisposí¢â‚¬Â. Dí­as después, í¢â‚¬Å“alguien sostuvo que los obreros estaban dispuestos a morir por Perón, que el mito habí­a arraigado en el pueblo, etcéteraí¢â‚¬Â. Borges le respondió: í¢â‚¬Å“Vea, la revolución se ganó porque habí­a gente dispuesta a morir por la libertad y nadie a morir por Peróní¢â‚¬Â. Las fantasí­as literarias de Borges tienen el humor de siempre pero también transmiten una violencia apenas contenida. El 24 de diciembre, Borges cuenta í¢â‚¬Å“este diálogo de almacén.
Uno: í¢â‚¬â€œAhora no hay libertad.
Otro (más corpulento que el anterior): í¢â‚¬â€œAhora hay libertad. Antes si usted gritaba í¢â‚¬Ëœí‚¡Muera Perón!í¢â‚¬â„¢ iba a parar a la comisarí­a segunda. Ahora, si grita í¢â‚¬Ëœí‚¡Muera Rojas!í¢â‚¬Â no le pasa nada, salvo que yo le bajo los dientes de un sopapo.í¢â‚¬Â Los métodos reales serí­an más cruentosí¢â‚¬Â.
Ernesto Sábato renunció por entonces a la dirección de la revista Mundo argentino e hizo públicos casos de torturas. Bioy se indigna. Sábato í¢â‚¬Å“buscó que todo redundara en su favor. Si no, pudo llevar las denuncias al ministerio; si después de cierto plazo no se investigaban públicamente, hubiera podido renunciar y en una carta abierta dar las razonesí¢â‚¬Â. Y agrega: í¢â‚¬Å“Con Borges decimos que no se puede ser peronista sin ser canalla o idiota o las dos cosas. Desde luego no basta con ser antiperonista para ser buena persona, pero basta ser peronista para ser una mala personaí¢â‚¬Â. El 30 de agosto, ambos vuelven sobre el tema, que los obsesiona:
Borges: í¢â‚¬â€œSábato está loco. Renuncia. Obliga a otros a renunciar. Se enoja con los que no renuncian. Y organiza petitorios, con firmas, para que no le acepten la renuncia. Cuánta actividad. Lo más extraño es que para alguna gente, con todo esto, se vuelve simpático.
Bioy: í¢â‚¬â€œYa verás: va a quedar en la historia como el hombre que protestó por las torturas. Va a quedar en la historia como un negro Falucho.
í¢â‚¬Å“Este paí­s de mierdaí¢â‚¬Â
Un grupo de escritores responde a Sábato con una declaración de í¢â‚¬Å“plena confianza en el gobiernoí¢â‚¬Â, que prosigue í¢â‚¬Å“juiciosamente en la paz la obra iniciada con las armas en septiembre de 1955í¢â‚¬Â y ven a la Patria encaminada í¢â‚¬Å“hacia un porvenir sereno y honrosoí¢â‚¬Â. Borges quisiera hacerla más efusiva y propone esta frase: í¢â‚¬Å“Si, por un azar, en este paí­s de mierda, un grupito de hombres decentes está en el gobierno, debemos apoyarlosí¢â‚¬Â. Bioy anota con elegante desdén, que incluye a Borges: í¢â‚¬Å“A la noche llega el rumor de que el gobierno le habrí­a ofrecido a Sábato el ministerio de Trabajo y Previsión. La idea de que se nos atragante el manifiesto me hace graciaí¢â‚¬Â.
El domingo 23 de diciembre de 1956, un comentario de Borges muestra cuánto antes del ingreso de Fidel Castro y el Che Guevara a La Habana, la resistencia peronista jaqueó con atentados violentos al gobierno militar. Una radio uruguaya dijo que era extraordinario í¢â‚¬Å“cómo un solo hombre tiene en jaque a la República Argentinaí¢â‚¬Â. Borges comenta: í¢â‚¬Å“Aunque los peronistas no valgan nada, me parece poco cortés darlos por no existentes: al fin y al cabo algunos de ellos se exponen, al provocar incendios y descarrilamientosí¢â‚¬Â. Cuando el gobierno de Aramburu y Rojas tambalea, crece la adhesión de Borges: í¢â‚¬Å“Si alguien merece el tí­tulo de libertadores son esta gente. Lo merecen mucho más que los de la Independencia; el dominio español nunca debió ser oprobioso como el de Perón. Se podrá decir que es gente oscura, y un poco ridí­cula, y chambona, y con un pasado medio peronista, pero lo que no puede negarse es que son libertadoresí¢â‚¬Â, dice el viernes 26 de abril de 1957.
De visita en Buenos Aires, donde es huésped de la cuñada de Bioy, Victoria Ocampo, el pacifista italiano Lanza del Vasto propone una huelga de hambre para forzar un cambio de polí­tica de Francia en Argelia.
Borges: í¢â‚¬â€œEs como arrojarse al suelo y llorar. Tiene algo de retirada; una retirada bastante incómoda.
Bioy: í¢â‚¬â€œEn toda huelga de hambre hay algo de chantage.
Cosas de negros
El mismo dí­a escuchan dos versiones de un mismo tango, cantado por Gardel y por Jorge Vidal. Están de acuerdo en que Vidal es mucho mejor. Borges agrega: í¢â‚¬Å“Ahora, el individuo es canallesco, casi es como si Perón cantaraí¢â‚¬Â. Al mes siguiente, í¢â‚¬Å“hablamos de negros norteamericanos, que viven en conventillos y tienen Cadillacs.
Borges: í¢â‚¬â€œAsí­ era la gente aquí­ durante el peronismo. Se echaban encima todo lo que tení­an. Viví­an cinco en un cuarto y tení­an Frigidaireí¢â‚¬Â.
Borges cuenta que su cuñado Guillermo de Torre, a quien reprocha conversar con amigos socialistas y no desconfiar de ellos, í¢â‚¬Å“sostiene que esta serí­a la gran oportunidad para disolver el Ejército. Esgrime contra él argumentos polí­ticos y económicos (la parte que se lleva del presupuesto, lo que gana cada militar). No comprende que si se disolviera el Ejército, nada nos salvarí­a de Peróní¢â‚¬Â. Borges llama sinvergí¼enza al presidente de la UCRI, Arturo Frondizi. í¢â‚¬Å“Ayer vi manifestantes de Frondizi. Era el malevaje de Perón. Gritaban:
Que se vaya
El gobierno canalla.
El mismo malevaje: persona por persona.í¢â‚¬Â
Fusilarlos a todos
El domingo 28 de julio de 1957, cuenta Bioy, í¢â‚¬Å“votamos en las elecciones de Constituyentes. Yo, con miedo de perder el voto, por los Demócratas, que tienen a mi padre entre los candidatos. Llamo a casa de Borges: í¢â‚¬ËœVamos ganandoí¢â‚¬â„¢, me dice la madre. Me da tanta emoción la noticia, que se me enfrí­an los pies y las manos. Por increí­ble que parezca, Frondizi no gana, ganan los Radicales del Pueblo, gana la Revolución Libertadoraí¢â‚¬Â. Dos semanas después comentan el asesinato a puñaladas de un taxista.
Borges: í¢â‚¬â€œTodos estos criminales son el fruto del peronismo. Antes uno decí­a, í¢â‚¬Ëœel crimen del silletero del año 20…í¢â‚¬â„¢
Bioy: í¢â‚¬â€œAhora hay que decir í¢â‚¬Ëœel crimen del silletero de las tres de la tarde, el de las cuatroí¢â‚¬â„¢, etcétera.
Borges: í¢â‚¬â€œHabrí­a que fusilar a toda esa gente.
El encono hacia cualquier manifestación popular alcanza a Gardel. í¢â‚¬Å“Borges cuenta que una vez fue al cine a ver La batida, con George Bancroft; anunciaron que Gardel iba a cantar al final: nos fuimos sin oí­rlo, porque no querí­amos que el efecto del film se nos arruinara.í¢â‚¬Â Adolfo Bioy padre, quien fue ministro del primer golpista militar del siglo XX, José Félix Uriburu, dice que í¢â‚¬Å“Gardel era idéntico a Peróní¢â‚¬Â. Borges comenta: í¢â‚¬Å“la cara de Gardel era la tí­pica cara del otario. Malevo, sí­, pero malevo sonsoí¢â‚¬Â.
Bioy Casares: í¢â‚¬â€œA mí­, Gardel nunca me gustó mucho como cantor de tangos.
Algún putito
El actor Francisco Petrone les propone escribir una pelí­cula sobre Martí­n Fierro. Borges, Bioy y Silvina Ocampo conversan sobre el posible guión:
Borges: í¢â‚¬â€œSe ve a Fierro como un gallo montado en un chancho. Otro problema son los indios.
Bioy: í¢â‚¬â€œAunque el paí­s esta lleno de gente aindiada, en nuestro film se les verá el tizne.
Borges: í¢â‚¬â€œPodemos sugerir que todo lo importante ocurre en los márgenes de la pantalla: í¢â‚¬ËœVoy a pelear con los indios, vengo de pelear con los indiosí¢â‚¬â„¢.
Silvina Ocampo: í¢â‚¬â€œPara indio tienen a Susana Bombal. Martí­nez Estrada sirve para Martí­n Fierro.
Borges: í¢â‚¬â€œPara Cruz no sabrí­amos por quien decidirnos: í‚¿[Gonzalo] Losada o [Antonio] López Llausá? [Dos editores españoles radicados en Buenos Aires, fundadores de las editoriales Losada y Sudamericana].
Bioy: í¢â‚¬â€œPodrí­an aprovecharse los pieles rojas de una pelí­cula norteamericana.
Borges: í¢â‚¬â€œPara el Viejo Vizcacha í¢â‚¬â€œel í¢â‚¬Ëœpersonaje filosóficoí¢â‚¬â„¢ que interesa a Petrone, í‚¡qué idea de la filosofí­a!í¢â‚¬â€œ habrá algún putito de la SADE. Y con Sábato, í‚¿qué hacemos?… En realidad va a ser muy difí­cil hacer el film. Pensá: cuando se vea el ejército, la bandera argentina, y la gente tratando de huir para que no la enganchen. Va a parecer un ataque contra el ejército, a favor del Descamisado. A lo mejor es lo que vio Petrone: la posibilidad de halagar al peronismo.
Bioy: í¢â‚¬â€œLa posibilidad está en el libro.
Borges: í¢â‚¬â€œNo veo cómo vamos a evitar que se vea ese destino como el de un peronista perseguido por la sociedad y por el Ejército.
Bioy: í¢â‚¬â€œHabrí­a que mostrarlo en un mundo tan duro que no se tome como metáfora de otro.
Borges: í¢â‚¬â€œSí­, hechos que ocurrieron una sola vez, esa sola vez. Qué raro que seamos partidarios de la dictadura ilustrada. Es lo único que existe. í‚¿Cómo uno va a creer en la democracia?.
Bioy: í¢â‚¬â€œEl individuo que tiene más probabilidades de ganar la elección de presidente es el individuo más desvergonzadamente demagógico. Vale decir, la peor persona del paí­s: Perón, Frondizi, Solano Lima.
Dí­as después retoman la conversación.
Borges: í¢â‚¬â€œPara el papel de Martí­n Fierro está Petrone; está dispuesto a interpretarlo; para eso nos encarga el film. Seguramente quiere un Martí­n Fierro peronista, como en seguida y con mucho gusto se hubiera puesto a escribir Hernández.
Los soviéticos, en estos dí­as lanzaron al espacio el primer satélite artificial.
Bioy: í¢â‚¬â€œTuve ganas de hacerle una broma a tu madre: preguntarle si sabí­a la noticia y, cuando ella preguntara cuál, decirle que Perón habí­a lanzado un satélite.
Borges: í¢â‚¬â€œYa está enojada contra ese satélite. Dice que es un juguete insignificante y que quién sabe si no cae en la Tierra y no produce alguna Monstruosa hecatombe.
Salto al vací­o
Aramburu convoca a elecciones y Borges lo lamenta, í¢â‚¬Å“desea que el gobierno se quedeí¢â‚¬Â. Manuel Peyrou se felicita del llamado y lo ve como un triunfo del gobierno.
Borges: í¢â‚¬â€œSí­, el gobierno queda muy bien para la Historia, pero Peyrou no puede ver muy lejos: el paí­s saltará en el vací­o.
El 9 de diciembre, Borges y Bioy hablan í¢â‚¬Å“de un match de box, ganado por un tal Pascual Pérez, que fue un mignon de Peróní¢â‚¬Â.
Borges: í¢â‚¬â€œQué lástima que haya ganado un peronista inmundo.
El domingo 23 de febrero de 1958 Bioy busca a Borges en su casa, mientras se conoce la elección de Frondizi como presidente. í¢â‚¬Å“Estoy en tercera persona, como dice Borges: como afiebrado aunque sin fiebreí¢â‚¬Â. Cuando atiende Borges, le dice: í¢â‚¬Å“Aquí­ te espero. Deshechoí¢â‚¬Â. Sigue Bioy: í¢â‚¬Å“Nos sentimos muy tristes. En casa, mientras orinamos, hablamos de las elecciones.
Bioy: í¢â‚¬â€œEl resultado es una derrota intelectual para el gobierno. Ellos quedarán como personas muy nobles, pero la Revolución se va al diablo.
Borges, riéndose: í¢â‚¬â€œFrondizi está frito. Le pasó lo peor que podí­a pasarle: ganó. Porque ganó van a echarlo.
Al dí­a siguiente, Borges está menos desalentado. í¢â‚¬Å“Refiere que Elsie Rivero Haedo ha invitado a sus amigos a beber una copa de champagne, í¢â‚¬Ëœcomo si hubiéramos triunfadoí¢â‚¬â„¢. Me parece que hay en esta actitud un valor para sobreponerse a las adversidades bastante admirable.í¢â‚¬Â El viernes 28 de febrero de 1958, vuelven al asunto:
Bioy: í¢â‚¬â€œEstamos en los confines de una época feliz, casi al borde de una de calamidades. No creemos en esta última, aunque ya es casi más real que la concluida, que la efí­mera, que aún pisamos.
Borges: í¢â‚¬â€œAyer, semidormido, miraba el bastón y el ventilador comprados después de la Revolución y me preguntaba cómo podí­a tener esos objetos de una época futura, ya que ahora estábamos otra vez en el peronismo, en el pasado.
Las trágicas consecuencias de esta actitud, que hoy reaparece en dirigentes polí­ticos y periodistas, incluso algunos ex militantes de distintas facciones del marxismo revolucionario, se hicieron sentir en el paí­s por treinta sombrí­os años.
(1) Adolfo Bioy Casares, Borges. Edición a cargo de Daniel Martino. Ediciones Destino, Colombia, 2006, 1663 páginas.