Con el 77 por ciento de los votos escrutados, el actual Gobernador de la provincia gana las elecciones, con el 40 por ciento de los votos. El candidato, que cuenta con el apoyo del gobierno nacional, se ubicabaría por sobre el intendente de la ciudad de La Rioja, Quintela, candidato oficialista. Tercero marchaba, el ex-presidente, Carlos Menem.
El kirchnerismo se impuso en La Rioja
José Ignacio Lladós
La Nación
20 de Agosto 2007
Ganó Luis Beder Herrera, no más. O perdió Carlos Menem, que, visto desde la óptica con la que la Casa Rosada siguió las elecciones riojanas, resulta casi equivalente.
El gobernador riojano Luis Beder Herrera (Beder es el segundo nombre; el apellido es Herrera) mantendrá así el poder provincial hasta 2011, mientras que Menem, según él había adelantado a LA NACION en la semana, continuará en la política, pero difícilmente vuelva a ser candidato.
De este modo, las elecciones riojanas podrían haber marcado el fin de la carrera electoral de quien marcó el ritmo de la vida argentina en la década del 90. «No sé si me dará el tiempo para presentarme otra vez, porque tengo 77 años, pero no me voy a retirar de la política», había advertido Menem a LA NACION el último jueves.
Anoche, con el 76,41% de los votos escrutados, Herrera ganaba con el 39,87%; segundo, el intendente de la ciudad de La Rioja, Ricardo Quintela (postulante del Frente para la Victoria), con el 25,85%, y Menem, 21,85%.
Como para profundizar la sensación de principal derrotado que existía en el círculo menemista, vale un dato: hasta anoche, el ex presidente marchaba tercero. Segundo aparecía Quintela, uno de los dos dirigentes que en la campaña recibieron ayuda del gobierno nacional, junto con el gobernador. Concretamente, el kirchnerismo tenía dos candidatos: Herrera, secundado por Compromiso K, y Quintela, bendecido por los Fernández, Alberto (jefe de Gabinete) y Aníbal (ministro del Interior). Cualquiera que triunfara representaba más o menos lo mismo para Kirchner; su meta era ver derrotado a Menem.
Con una campaña austera, Menem organizó una estrategia en la que para alcanzar masividad se valió hasta del supuesto acercamiento de sus hijos Carlos Nair y Zulema María Eva. «Se llevan bien y me están haciendo vivir la etapa más feliz de mi vida», había confesado el ex mandatario a LA NACION. Los vástagos, de madres distintas, no se conocieron hasta las últimas semanas de proselitismo riojano. La «operación familia perfecta», sin embargo, no le alcanzó al ex presidente.
Ayuda oficial
Con una fortuna invertida en ayuda social, con la distribución de kits de baño, inodoros, colchones y subsidios, Beder Herrera lo superó en toda la provincia. Contó, para eso, con por lo menos 15 millones de pesos transferidos en las últimas dos semanas por el Ministerio de Economía.
Ahora, í‚¿por qué perdió Menem si en la calle la mayoría aseguraba que votaría por él? El ex presidente se lo adjudicó en un comunicado al «vuelco inédito de recursos» de la Casa Rosada a sus dos principales oponentes.
Beder Herrera reconoció la ayuda kirchnerista, pero consideró que «Menem tuvo mucho poder durante muchos años y nunca dio a los riojanos lo que La Rioja se merecía». Más contundente, otro dirigente provincial explicó que en La Rioja -como en la mayoría de las provincias argentinas- es imposible competir sin fondos contra el aparato y el dinero del Estado.
«Menem no tuvo estructura en el interior. No puso plata ni para afiches», señalaron ayer en el comando de campaña menemista. Beder Herrera y Quintela (aliado de varios de los intendentes), en cambio, sí contaron con un poder de fiscalización y movilización masivo. A Herrera, además, lo ayudó el embajador en México, Jorge Yoma (será candidato a diputado nacional en octubre), mientras que a Quintela lo secundó el ex gobernador Angel Maza, destituido en marzo pasado y enemistado con Beder Herrera.
En un territorio con escaso desarrollo industrial, con un alto nivel de pobreza (según Beder Herrera, es del 70%) y habituado a sobrevivir con subsidios, los riojanos se inclinaron por quien hoy conduce el poder. Herrera lo decodificó así: «Entendieron que yo iba a distribuir los fondos de otra manera. Aquí la gente necesita ayuda directa. Si cuando empecé a dar 25.000 becas mensuales de 50 pesos para que los chicos estudien, las personas de menores recursos se conmovieron. La situación de la provincia es desesperante y asfixiante, y yo soy el único que lo dijo de frente y que prometió un cambio».
Ese «cambio», que no tiene que ver con la «profundización» de la que habla el kirchnerismo en la campaña presidencial, está de otra manera ligado al gobierno nacional. «Acá ganó Kirchner porque yo fui la antítesis del proyecto de Menem. Pero ahora el Presidente nos tiene que ayudar no a repartir plata, sino a organizar un proyecto de desarrollo. Yo le pedí en la Casa Rosada una tarifa subsidiada de agua y energía y me dijo que me la daría», concluyó Beder Herrera.
Néstor y Cristina Kirchner hablaron anoche con el gobernador para felicitarlo. Hasta entonces, Quintela todavía se adjudicaba la victoria.
Los festejos en la gobernación siguieron hasta tarde. Mientras tanto, algo lejos de allí, Menem empezaba a pensar en las que podrían haber sido sus últimas elecciones como candidato.