18 de Junio de 2007
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, no quiere saber nada con un acuerdo electoral para las elecciones presidenciales a partir del impacto político que tendrá la definición del ballottage entre Mauricio Macri y Daniel Filmus.
Después de asumir la derrota de su candidato en la ciudad, el actual jefe del gobierno porteño, Jorge Telerman, Carrió se llamó a un estricto silencio. «Sé que tengo que pasar por esto y que van a decir cualquier cosa», dijo en la intimidad. Antes había dicho que daba libertad de acción a los integrantes de la Coalición Cívica frente a la segunda vuelta electoral porteña y había anunciado que ella votaría en blanco.
Fuentes de extrema confianza de la líder de la Coalición Cívica aseguraron en las últimas horas a LA NACION que no habrá cambios en la estrategia presidencial de Carrió, aunque Macri gane por más del 60 por ciento de los votos.
«La idea de armar un frente electoral contra el gobierno y hacer una interna abierta de los candidatos es una idea que no está en nuestros planes», dijo un allegado a la líder de la Coalición Cívica.
En lo que sí coincide Carrió es en que el impacto del triunfo de Macri del domingo será que el Gobierno recibirá el mensaje de que hay mucha gente que no los apoya. Y considera que esa situación allanará el camino a octubre.