Un primer paso para el lanzamiento, en julio

El plan de Kirchner para su esposa es oficializar su candidatura cerca del lí­mite que fija la ley electoral.

Crédito Foto: Hugo Passarello Luna

Un primer paso para el lanzamiento, en julio
Diario La Nación
Por Paola Juárez
25 de Mayo de 2007


Un dí­a antes de cumplir su cuarto aniversario en el poder, Néstor Kirchner empezó a mostrar su plan para la sucesión. Sus primeros elogios públicos y directos sobre la candidatura presidencial de su esposa, Cristina Kirchner, son parte de una estrategia: comenzar a develar de a poco la incógnita de si será «pingí¼ino o pingí¼ina».
El sábado 7 de julio próximo es la fecha que se maneja en lo más alto del poder para anunciar que la senadora Kirchner será la candidata del oficialismo en las elecciones del 28 de octubre, según informaron a LA NACION dos fuentes que integran el cí­rculo í­ntimo presidencial.
La cábala no se cambia. Ese mismo dí­a, pero hace dos aí±os, Cristina Kirchner anunció su candidatura a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.
Hace un par de semanas comenzó a inquietar en el despacho presidencial y en la quinta de Olivos la sensación de que ya se estaba agotando el tiempo de mantener la indefinición sobre si Néstor Kirchner se presentará o no a la reelección. Y comenzó a analizarse que esto podrí­a terminar daí±ando de alguna manera la candidatura de la primera dama.
Esto influyó para que ayer, por primera vez,el Presidente empezara a hablar en forma concreta de una «nueva etapa institucional» en la Argentina con Cristina Kirchner como primera figura polí­tica del oficialismo.
Ese es, y será, el eje de la campaí±a de la esposa del Presidente: presentarla como una nueva etapa del modelo kirchnerista, ligado a cambios institucionales, como una reforma en el sistema de partidos polí­ticos.
El comando de campaí±a de Cristina Kirchner lo encabeza su esposo, que ayer dijo que esa candidatura serí­a «un paso superador para los argentinos». Así­ empezó el operativo para instalar a la primera dama como una instancia «superadora» del kirchnerismo, y en los próximos dí­as ese sector saldrá a respaldar los dichos presidenciales.
El plan del que habla Kirchner en privado es dedicarse desde fuera del poder a construir su propia fuerza polí­tica, que también tiene como objetivo ser «superadora» del peronismo.
Cristina Kirchner mantendrá su estrategia de callar y sólo sonreí­r hasta el lí­mite posible que le plantea el calendario electoral para hablar de su futuro. «Siempre dijimos que iba a ser en julio; no vamos a cambiar el plan. La decisión se anunciará sólo en ese momento», dijo a LA NACION un ministro muy cercano al Presidente.
Hasta ahora, sólo en forma reservada comenzó una campaí±a de instalación internacional de la primera dama, que incluyó viajes a Parí­s, Ecuador, México, y Venezuela, en los que se vio un despliegue como si fuera ya la candidata, aunque nadie lo confirmara.
Ahora, la agenda internacional de Cristina Kirchner tiene una nueva escala: el 13 del mes próximo irá a Ginebra, Suiza, invitada a participar de la 96a asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Será una visita en medio de la campaí±a porteí±a por el ballottage que anuncia la mayorí­a de los encuestadores, que se realizará once dí­as después.
Pero la gran expectativa está puesta en otro viaje previsto en la agenda de la primera dama, que se maneja en absoluto secreto: una visita a Espaí±a, en julio, que puede ser posterior al anuncio de su candidatura, según seí±alan fuentes que también gozan de la confianza de la senadora.
Encuentro
La visita a Espaí±a, posterior, además, a una importante misión comercial argentina que se realizará en los primeros dí­as de julio, se convertirí­a en el estreno de su candidatura y prevé un encuentro con el jefe del gobierno espaí±ol, José Luis Rodrí­guez Zapatero (a quien la primera dama llama, simplemente, «José Luis»).
En el despacho presidencial se está evaluando ahora si el matrimonio presidencial acepta una invitación del gobierno de Siria a viajar a Damasco.
Un funcionario que conoce detalles de esa invitación indicó que los Kirchner tienen «muchas ganas» de hacer ese viaje.
Más allá de la gira de instalación internacional de Cristina Kirchner, en Olivos se concluyó que era necesario, pasada la elección porteí±a, comenzar a organizar visitas de la primera dama al interior del paí­s.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hombre de confianza del matrimonio presidencial, ha hablado en los últimos dí­as con algunos dirigentes del interior para organizar un acto de apoyo a la candidatura de Cristina Kirchner y luego algunos viajes de la senadora al interior.
Mientras tanto, el Presidente decidió empezar a despegarse de su posible reelección, pero evita la confirmación de quién será la candidata porque quiere que se cumpla su plan original de prolongar los tiempos lo máximo posible.
Esta estrategia le permite, además, confundir a la oposición, no limitar su poder al anunciar que no va a luchar por la reelección y, de paso, dejar el menor tiempo posible para el desgaste en campaí±a de su esposa. «Imagí­nense si Kirchner hubiera confirmado a Cristina; todas la semanas ella estarí­a en el centro de las crí­ticas», dijo a LA NACION un ministro nacional que habla muy seguido sobre polí­tica en el despacho presidencial.
La expectativa está puesta en mostrar hoy la foto de la que podrá ser la fórmula presidencial el 28 de octubre: Cristina Kirchner-Julio Cobos. Con el acto del 25 de Mayo en Mendoza, el Presidente quiere dar otra seí±al de sucesión sin decir nada.
Pese a la conflictiva situación que atraviesa el gobernador de Mendoza debido a la crisis de seguridad que vive la provincia, los hombres más cercanos al Presidente siguen sosteniendo que no se ha modificado el plan de Cobos como candidato a vicepresidente en nombre del radicalismo K.
La opción de reemplazarlo por el gobernador bonaerense, Felipe Solá, o por el senador Carlos Reutemann le quitarí­a al Presidente la presentación de la «concertación plural» (alianzas con otros partidos) y dejarí­a, además, al binomio oficialista como «muy peronista». La idea presidencial es que si el oficialismo llega a ganar las elecciones, su esposa llegue de la mano del peronismo con el apoyo de otros partidos, como un sector de la UCR.
Hoy, éstos son los planes de Kirchner. Pero como a ningún presidente le gusta empezar a retirarse del poder (aun cuando su esposa podrí­a ser su sucesora), habrá que esperar un poco más para vislumbrar el final de esta historia en lo más alto de la polí­tica.